– ¿Todavía no te jubilas?
– ¿Cuándo se jubila?
– ¿Ya tiene tiempo trabajando y aun no se jubila?
– ¡Uf! tengo muchos años viéndolo aquí; ya parece parte del inventario.
Estas y muchas otras preguntas, todas relacionadas con mi actividad laboral son cotidianas. A veces molestan, sobre todo cuando la hacen con cierto “tonito”.
No sé por qué casi siempre doy explicaciones:
– “Es que yo me voy a pensionar porque entré a trabajar ya grande”. Ya lo iba hacer pero surge un problema familiar muy fuerte y prefiero mantenerme ocupado”.
Mi vida laboral la desarrollé en una empresa tabacalera durante 28 años. Al final me dieron una patada en el trasero y se me acabó la chamba. Teníamos conformado un fideicomiso que nos proporcionaría una jubilación digna y cuando a algunos trabajadores nos faltaban pocos años para ello, la empresa paraestatal fue rematada y el fideicomiso que estaba conformado para cubrir las pensiones, se esfumó.
Y es natural que luego pregunten “¿Y qué pasó después?… Y ahí está el Escanio dando más explicaciones: Solo a unos empleados y funcionarios les entregaron sustanciosas cantidades económicas. Los trabajadores sindicalizados también tenían derecho a que se les reintegrara parte del fideicomiso, pero los líderes no movieron un dedo. Al resto de los empleados de confianza que nos jugaron chueco, contratamos un abogado, realizamos varios viajes a Guadalajara a las instancias competentes hasta que nos desanimamos por los gastos que implicaban y dejamos todo por la paz. No se logró nada. Uno de los directores se convirtió en político y quedamos agarrados de la brocha.
Cuando una persona me hace la misma pregunta sobre cuando mi júbilo, por varias ocasiones, le respondo que prefiero trabajar un poco más para sentirme útil y que la pensión sea en un mejor porcentaje. Luego me quedo pensando: “A lo mejor prefieren verme de cerillo en las tiendas de auto servicio”.
El criterio de quienes aprueban las leyes de jubilaciones o pensiones arguye que cuando se es adulto, ya no se tiene hijos que dependan de ellos – entre otras “justificaciones” -, sus necesidades económicas se reducen. Cosa más falsa. En un adulto mayor con sus enfermedades, dietas y demás, no disminuyen sus necesidades económicas; se acentúan.
Para acabarla de amolar, el Fondo Monetario Internacional – FMI -, plantea que se hagan recortes en las prestaciones y se incremente la edad de jubilación, ante el riesgo de que la gente viva más de lo esperado y argumenta que vivir más es bueno, pero conlleva a un riesgo financiero El fondo cree que hay que tomar medidas como recorte de las pensiones y aumentar la cotización y los Estados contraten aseguradoras privadas para que se responsabilicen de la cobertura de ese riesgo de que la gente viva más de lo esperado.
En los años sesentas del siglo pasado, los trabajadores ferrocarrileros ya adultos, se resistían a asistir a atención médica, pues hacían mención que a los viejos les daban “las tres gotas” para que murieran y evitarse así la empresa los gastos de pensión.
Qué suerte me acompaña. En la anterior empresa que laboré muchos y cuando estaba por recibir una jubilación que se presumía era decorosa, desaparece junto con el fideicomiso, Si en este momento decidiera retirarme, el fondo de pensiones para los burócratas está prácticamente en ceros, pese a que existe una ley que obvio, no se acata.
Cuando López Obrador fue Jefe de Gobierno del D. F. estableció una pensión pareja de casi mil pesos mensuales para todos los adultos mayores chilangos. En Nayarit, en el sexenio pasado se estableció la despensa conocida como la carita feliz que todos los adultos la recibían sin distingo de clase social. Parecía que consultaban el padrón electoral donde se contempla fecha de nacimiento, pues en cuanto alguien cumplía 65 años, le entregaban su despensa a domicilio, sin previa solicitud. Esto pasó a rango constitucional como Beca Universal. Actualmente se otorga esta despensa mediante estudio socio económico.
De igual forma, cuando el gobierno federal estableció la pensión para los de 65 o más, originalmente los municipios tenían que comprobar un número determinado de personas de esa edad, por eso se les entregó parejo a hombres y mujeres, sin distingo de clase social. Lo que se quería era aprovechar el recurso federal, no perderlo. Por ello, esta pensión la reciben aun personas que tienen una situación económica boyante.
A partir del Nieto que los mexicanos tenemos en Los Pinos, a los nuevos beneficiarios de este apoyo económico se les adjudica previo estudio socio económico. Si ya se tiene una pensión aunque sea raquítica, no califica.
Con las iniciativas que se presentan en las cámaras de diputados y senadores, la intención es que se establezca una sola pensión, no obstante que el trabajador con derecho a jubilarse haya cotizado al IMSS y al ISSSTE, pese a que su esfuerzo le haya costado años de trabajo con dos patrones diferentes, con la esperanza de vivir en la vejez holgadamente.
La pretensión es terminar con esas dos grandes instituciones de beneficio social. Así que nuestros diputados que acabamos de elegir, sin duda darán el tiro de gracia a estas dos grandes entes de seguridad social. Algunas leyes o instituciones eliminaron ya las pensiones por viudez.
A los adultos mayores nos ofrecen descuentos en el pago del impuesto predial, agua potable y en los canjes de placas o tenencia de vehículos, pero esto es sólo en el inmueble que se habita y en un solo vehículo.
Yo por ejemplo, aparte de la casa que habitamos, tengo un puesto en un mercado que nunca funcionó y el impuesto predial por ese inmueble es más alto dizque porque es considerado como Comercio – aunque esté cerrado porque no prosperó -.
Tengo disposición para pagar, pero no en la forma que la autoridad mi finca. Quien tiene dos carcachitas que no se comparan con vehículos de lujo, siendo adulto mayor tampoco recibe apoyo por la segunda unidad.
Las cifras de adultos mayores se incrementa año con año. De acuerdo a la CONAPO en el 2014, 10.5 millones de mexicanos somos mayores de 60 años, 2 de cada 10 adultos mayores pueden solventar sus gastos, los 8 de cada 10 viven en situación de pobreza, 800 mil en pobreza extrema. Uno de cada cuatro adultos mayores de 80 años labora con sueldos de salario mínimo.
Conozco maestros, médicos que con años a cuestas, aun trabajan. En el Instituto Nacional de Neurología conocí a un doctor que casi llega a los 90 años de edad, es fundador de la especialidad de neuro oftalmólogía, y aunque ya no hace cirugías, aun trabaja en ese Instituto, que con su experiencia asesora a los jóvenes médicos que acuden a él, aunque hay muchos que ya lo ven con cierto recelo, como muchos nos ven a los viejecitos, pese a que se diga que “somos la experiencia y bla bla bla.
Mis capacidades físicas y mentales aun me permiten realizar la actividad laboral que se me encomienda y me gusta, y seguiré dando respuesta a quien me pregunte sobre mi edad, sobre cuando me jubile. Pero lo que cala será el tonito… escanio7@hotmail.com
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