AHUACATLÁN. – A pie o en automóviles propios, en bicicleta o en remuda, acompañado de la esposa o del esposo, del amigo o de la amiga, del vecino y en fin; pero no fueron pocos los que se desplazaron al crucero de La Cienega utilizando la carretera que conduce hacia el municipio de Amatlán de Cañas; esto es para estar presente en la misa que se ofició en ese lugar para pedir por el buen temporal.
Los labriegos – incluyendo a ejidatarios y pequeños propietarios – se concentraron ahí, frente a la vieja parota a fin de escuchar el mensaje que emitió el párroco de éste lugar, Pedro Guzmán.
“Quiero agradecerles que me hayan invitado; y los felicito por haber asistido. Espero que el Señor los ilumine para que puedan afrontar los problemas que tenemos y con esa fe tengan fuerza para salir adelante. Muchas gracias por haberme invitado y quiero decirles que espero que para el otro año seamos más aquí en este tan significativo y bonito lugar”, habría dicho el Padre al iniciar su homilía.
Con matiz muy especial, el párroco de Ahuacatlán y la grey católica pidieron tanto a San Francisco de Asís como a San Isidro labrador para que los bendigan con buenas lluvias, con alegría, con paz y con amor.
“En la agricultura – dijo el Señor Cura en su homilía – se necesita preparar la tierra, sembrar, regar, abonar, fumigar, cuidar, cultivar y cosechar… Y se siembra un grano y de ahí nacen muchos granos… El señor así nos da el pan de cada día. Bendice señor nuestros campos, campesinos y agricultores”.
Concluida la misa – ya casi al oscurecer – agricultores y feligreses regresaron a sus hogares henchidos de paz y esperanza, depositando su fe en el Señor para que el temporal de lluvias de éste año, sea benévolo.
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