IXTLÁN DEL RÍO.- Se dice que aquí en Ixtlán, el diablo hizo acto de presencia en una conocida discoteca allá por mil novecientos sesenta y tantos causando el pánico entre todos los presentes, siendo algo que hasta en los medios se difundió, ocasionando que los jóvenes de esa época, la pensaran dos veces antes de ir a bailar.
Esa vez, por la calle llamada “Calle Real” y la Allende empezaron a propagarse los centros nocturnos, en donde había música, bebidas embriagantes de diversos tipos y en grandes cantidades. La clientela de jóvenes de parranda aumentaba en consideración.
Los chicos invitaban a las muchachas o a sus novias a esos lugares para bailar toda la noche, emborracharse y divertirse en grande.
Los más conocidos centros nocturnos de ese tiempo fueron El Café Nápoles y El Apolo XI.
Muchos de los que hoy sobrepasan de los 50 años, cuando jóvenes, eran a los lugares a los que acostumbraban ir.
Una noche, resulta que en el Apolo XI, mientras todos estaban pasándola bien, entró un muchacho, desesperado casi sofocado gritando: “¡En el bar se apareció el diablo!”.
Naturalmente, nadie le creía – se pensaba que el tipo había tomado de más -; pero al ver que del bar salían histéricas las personas, se causó un gran alboroto. Algunos se fueron rápidamente a sus casas, otros curiosos fueron a ver y oír de otras personas el suceso.
Lo que las personas que presenciaron, según dijeron, fue que una persona muy elegante y bien parecido, sacó a una muchacha a bailar. Ella aceptó y duraron bailando muchas horas, y cuando dieron las 12 de la noche, esa persona comenzó a transformarse, saliéndole cuernos, cambiando su tono de piel y a oler a azufre, despidiendo humo. Algunos dicen que se desató un gran torbellino ahí adentro saliendo y dejando a la muchacha desmayada, otros dicen que se la llevó.
Cuando sucedía todo esto, la histeria se dejó venir, toda la gente estaba aterrada huyendo del Apolo; el lugar se quedó solo cuando todo eso pasó, pues todos entraron en pánico. El rumor se hizo general entre la población, ocasionando que disminuyera demasiado el auge que tenían esos centros nocturnos, por la supuesta aparición del diablo.
Esta leyenda me la ha contado mucha gente que solía ir a esos lugares por los años 60’s. Por eso decidí investigar e informarme más al respecto, descubriendo algo muy interesante. Resulta que a esos lugares, siempre iba un muchacho que le gustaba tomar y bailar, era muy conocido y todos le decían “El diablo”.
Esa noche en donde presuntamente el diablo se apareció, lo que en realidad pasó fue que hubo un gran pleito entre varias personas y ese muchacho “El diablo” fue quien encabezó todo el pleito, y todos dijeron que “el diablo” estaba en la ronda y causó un gran escándalo. Lo malo es que lo que los demás entendieron, o quisieron entender… fue otra cosa.
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