Cuando por vez primera vi la calle: amplia, perfectamente trazada, y adoquinada, le comenté a mi papá que me gustaría vivir por ahí. Ahora, por nada del mundo me iría a habitar o a construir un hogar por esa calle. Esa avenida, hoy, se ha convertido en el paraje donde los jóvenes de Ixtlán se embriagan y se divierten, conviven y riñen a veces haciendo un gran escándalo.
Cada fin de semana en la “Calle 8” o en el “Caminito de la Escuela”, la juventud se organiza y contrata una banda de viento. Es común ver, por ambas aceras de ese lugar, hieleras, botellas de vino, cartones de cerveza – ahí los recolectores de los botes de aluminio llenan costales –, y una que otra botana, nada más.
Los vehículos se estacionan por los costados, dejando libre un pequeño espacio al centro donde caben con menuda facilidad otros dos coches más. Los conductores tienen que llegar temprano si quieren encontrar estacionamiento.
Así, la “Calle 8” ya tiene pertenencia, y esa corresponde a los jóvenes, que ahí se conocen, extienden amistades y afianzan las que ya tienen.
CALLE 8, HERMANA DEL MALECÓN DE AHUACATLÁN:
En El Llano de Ahuacatlán, por la calle Tenán se reproduce fotográficamente lo que en la calle 8 de Ixtlán sucede. Solo que en este lugar la diferencia es que aún los mancebos del pueblo no reúnen el dinero suficiente como para contratar una banda. Los jóvenes aquí se consuelan con el sonido estéreo de sus carros.
Pero si algo hay que admirar del “Malecón” que hay al pie del volcán Ceboruco, también llamado Tenán, es lo espacioso de su avenida, es como si fueran tres o cuatro “calles 8” de las de Ixtlán, con el añadido de que además tiene una hermosa jardinera con árboles al centro. Perfecto lugar para la celebración de año nuevo. Y es precisamente a donde voy:
AÑO NUEVO DE UNIDAD:
Si ya lo jóvenes han encontrado una forma de convivir y relacionarse en estos espacios, si de antemano ya se sabe que en Navidad y Año Nuevo estos lugares se abarrotarán con estos chavos, pues se debería hacer un esfuerzo para que la comunidad entera celebre estos acontecimientos en unidad familiar y comunitaria en la calle 8 y en el Malecón.
Si tenemos que las generaciones actuales ya no gustan de convivir en el seno familiar, y optan por salir a encontrarse con amistades de igual edad en estas zonas, pongámonos de acuerdo para celebrar todos juntos. O si se prefiere, y resulta incómodo para los grupos de ambas edades, permítase que entre los jóvenes se haga un intercambio: los de la calle 8 ponen la banda, el vino y la comida; y los del Malecón – a donde pertenezco – ponemos el espacio. ¿Qué les parece?
Que tengan todos una feliz Navidad y un próspero Año Nuevo, lleno de salud y mucha felicidad.
Discussion about this post