JALA
Con la Primera Entrada de la Virgen y el tradicional recorrido hacia el Puente de la carretera, se inició con la fiesta religiosa en honor a la Virgen de la Asunción.
Sus habitantes pues, ya están de fiesta. Se palpa, se siente, se percibe ese ambiente. El paganismo a veces se mezcla confundiendo a propios y a extraños; pero eso es lo de menos. Hay para todos. Gentes fanáticas del certamen o de los bailes populares, de los deportes o de los eventos culturales. Pero también hay fervor religioso, como se observó el pasado fin de semana durante el tradicional recorrido.
Desde en la víspera, los Jaleños revivieron una vez más la celebración de Santo Santiago; y el jueves se inició con la “Primera Entrada” de la Virgen, a eso de las nueve de la mañana.
La comunidad religiosa se concentró a la entrada del pueblo, para de ahí encaminarse hacia el Templo de Nuestra Señora de la Asunción -o Basílica Lateranense, como también se le conoce-.
Con el Estandarte de la Virgen cargado en hombros, la comitiva visitó algunos hogares del barrio de San Francisco donde se había solicitado previamente su presencia; y como ha sido costumbre, el anfitrión en turno ofreció a los peregrinos ya sea agua fresca o refrescos, bolis, paletas o galletas.
Niños y niñas vestidos de ángeles o ataviadas con vistosos trajes, música de orquesta y la famosa chirimía, cohetes que surcaron el espacio, rezos y cánticos; todo ello conformó la “Entrada de la Virgen”, en Jala. ¡Olor a fiesta pues!
El estandarte de la Virgen pernoctó coincidentemente en el hogar del presidente municipal Carlos Carrillo quien, junto con su esposa Aydee, ofrecieron una opípara comida a los andantes.
Por la tarde, y con las imágenes de Santa Ana y San Joaquín por delante -padres de la Virgen María- se realizó la procesión rumbo al Puente de la Carretera, muy cerca de donde se ubicaba la desaparecida empacadora de cartón.
Decenas de personas fueron las que participaron en esta romería, ya sea a pie o en auto, en bicicleta o motocicleta, aunque la gran mayoría lo hizo a caballo, en lo que se conoce como el Paseo de Santa Ana. Y a las seis de la tarde se ofició una Misa, como ocurre año tras año.
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