AHUACATLÁN.- Con cierta flojedad inició ayer el novenario a la Santa Cruz. El decrecimiento respecto a los paseantes que año tras año y por estas mismas fechas recorren “Los Cerritos”, es muy notable.
Fueron muy pocos a los que se les vio ayer “subir y bajar” los cuatro cerros que circundan la ciudad y los cuales se ubican en los cuatro barrios, sin faltar la visita a la “Cruz Aparecida”, de la calle de Iturbide. O al menos eso es lo que se observó en este inicio de novenario.
La Santa Cruz en Ahuacatlán – cabe recordar – se celebra de una manera muy singular, en una hermosa tradición que data desde hace muchos años – quizás desde principios del siglo pasado –; y aunque a veces da la impresión de que tiende a desaparecer, de pronto toma nuevos bríos, según es la percepción.
Esta vez, sin embargo, se percibe una especie de desgano, de apatía. Fue muy poca la afluencia a Los Cerritos en este inicio de novenario; y esto se pude deber al clima cálido. No es fácil soportar el intenso calor y los quemantes rayos del sol mientras se sube y se baja por os cerritos.
Subir y bajar, bajar y subir por las brechas que entrelazan a los cuatro cerros o caminar a la vera del canal durante la época de “Los Cerritos” es una costumbre muy amena; y todo ello culmina justamente el Día de la Santa Cruz, es decir el 03 de mayo, con una especie de fiesta-quermés que se celebra en la Cruz Aparecida, situada en la calle de Iturbide del populoso barrio de La Otra Banda.
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