- Antes de la llegada de los españoles, romerías, danzas y adoración a la Tonantizn y desde hace 483 años, el fervor de los mexicanos por la guadalupana.
Para agradecer favores, otros de pedigüeños llegamos este día 12 al templo del Pichón o al santuario. Peregrinaciones con alabanzas, danzas y rezos, multitud postrándose a la Guadalupana.
Yo, como ferviente lo hice en casa frente a su imagen y pareció que me vio pensativo. Sentí su mirada y creí escuchar: “¿Qué te aflige, suéltalo, no estoy yo aquí que soy tu madre?”. Y le solté mi rosario:
– Me apenan las guerras en el Oriente Medio; lo de los 453 jóvenes desaparecidos, el conflicto laboral de los burócratas, ya que no han bastado encuentros entre las partes, ni las misas que con ese fin se realizan. Te pido por…
– Espérate, espérate, – me dijo – esas cosas terrenas no me competen. Ustedes las propician por sus actitudes poco cristianas. Sobre lo laboral, que aunque es lo más fácil, deben ser resueltas mediante el diálogo, bajándole dos rayitas cada parte, y sobre todo basándose en lo que establecen las leyes. Yo tengo otros asuntos qué atender. Así que sigue rezando y espera a que mi hijo…
Salí de casa cabizbajo por no lograr mi objetivo; y que me encuentro a ATENECIO – le digo así por escéptico y cerrado -. Le cuento lo sucedido y me dice que nuestro problema de los católicos es que todo lo tomamos como un dogma, y se mete con el tema Guadalupano:
– Sabías que tanto Cristóbal Colón y Hernán Cortés eran devotos de una virgen que en similares condiciones a la Guadalupana Mexicana, en Extremadura España se le apareció al pastor Gil Cordero”.
Me encogí de hombros.
– Un día, el pastor, al contar sus vacas vio que le faltaba una, por lo que angustiado se dedicó a buscarla durante tres día. Cuando la encontró, ésta estaba muerta. Se resignó y se dispuso a desollarla. Pero cuando apenas le había trazado en el pecho una cruz, como se acostumbrara, la vaca se incorporó adolorida. Gil se asustó y retrocedió. Entonces vio a la Virgen, quien le habló así: “No temas; yo soy la Virgen María. Ve en busca de los clérigos y diles que caven en este lugar en la cual encontraran una imagen a la que deberán venerar”.
Gil corrió a su casa y encontró a su hijo muerto. Al ver el cuerpo sin vida, imploró a la Virgen y ella le concedió la resurrección. Ya no había duda para el vaquero. La madre de Dios se le había aparecido. Comunicó a los clérigos y éstos fueron al lugar de aparición. Cavaron y encontraron una bóveda, dentro de la cual estaba la estatua de la Virgen en madera que vestía a la usanza antigua y era de color moreno. Se le conoce también como la Virgen de Guadalupe. Por ello, tanto Cristóbal Colón y Hernán Cortés, extremeños ambos, traían la Imagen que impusieron a los mexicanos.
– En 1531, les dice la religión católica, se aparece al indio Juan Diego la Virgen en el Tepeyac, en donde antes los indígenas rendían culto a la Tonantzin, madre de Hutzilopochtli, a quien celebraban el día 12 de diciembre.
En una de las cuatro apariciones a Juan Diego, éste le dice a la virgen, que se dirige a Tlatelolco, al Colegio de Santa Cruz por un sacerdote para que a su tío Bernardino, que estaba enfermo, le dispensaran los sacramentos: Confesión. Comunión y le dieran la extremaunción.
ATENECIO hace énfasis: En ese tiempo esos sacramentos no se daban a los indígenas por considerarlos El Vaticano seres sin alma. Fue hasta 1537 en que podía recibir los sacramentos. Los indios no pronunciaban la G ni la D. El Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco fue fundado en 1536, y hecho parroquia en el año de 1572.
– En la última aparición, para que el Arzobispo Fray Juan de Zumárraga le creyera, se estampó sobre la tilma de Juan Diego la imagen de la virgen, al caer al piso los flores que el indio recolectó en el Tepeyac. No existe antecedente escrito de esa época. Ni la iglesia dijo media palabra sobre las apariciones de 1531.
El Arzobispo Fray Juan de Zumárraga, ante quien ocurrió el prodigio de las rosas y cayó de rodillas ante la imagen estampada en la timan de Juan Diego, en un catecismo llamado REGLA CRISTIANA, compilado por él y editado en 1547, dice: “Ya no quiere el redentor del mundo que se hagan milagros, porque no son menester. Joaquín García Icabalceta, biógrafo de Fray Juan de Zumárraga, estudioso de la Guadalupana pregunta: ¿Cómo decía eso el que había presenciado tan gran milagro?
– A lo largo de la historia algunos religiosos han negado la existencia del milagro del Tepeyac. El primer ataque conocido y directo contra el mito guadalupano provino de Fray Francisco de Bustamante, quien desde el púlpito del Templo de San Francisco, el 8 de septiembre de 1556 dijo: “Y si se trata de apartar a los indios de la idolatría ¿Por qué se les obliga a adorar a la Virgen de Guadalupe pintada ayer por el indio Marcos”. Y además, que no se sabía a dónde iban a parar las limosnas que ingresaban a la ermita de Guadalupe; y de pilón se lanzó contra el arzobispo Montufar, acusándolo de divulgar falsos milagros de la Virgen ¡fue un escándalo! Montufar trató de procesar al Fraile pero todos los franciscanos lo apoyaron y ahí quedó la cosa.
– Juan de Torquemada, en 1612 escribió que los primeros religiosos, en el Tepeyac edificaron una iglesia a la madre de Dios en su advocación extremeña; la virgen de Cristóbal Colón y de Hernán Cortés, la señora de Guadalupe. Juan Diego es mencionado hasta 1649, en el relato Nican Mopohua, del Vicario de la ermita del Tepeyac, Luis Lasso de la Vega. En el relato, la Madre de Dios se aparece al más pequeño de mis hijos.
– En el Siglo XVII se dijo que la imagen estaba sobre un burdo ayate de fibras de maguey pero en 1751 el Arzobispo Rubio, encargó a Miguel Cabrera, pintor oficial de la iglesia hiciera un examen; Cabrera que se había hecho rico pintando copias de la imagen, temeroso de la santa inquisición dijo que la pintura era obra divina, pero Roma pidió otro examen más imparcial que se hizo bajo la dirección del sabio Bartolache. Éste encontró que la pintura tenía varias manos; que no era un ayate de maguey, sino una fina manta de palma y estaba pegada sobre un bastidor de madera y, además, que la imagen se estaba descascarando y deteriorando por hongos y humedad. Bartolache negó categóricamente su origen divino.
– En 1794 el padre e historiador Fray Servando Teresa de Mier, dijo en un sermón que la Virgen no fue estampada en la tilma de Juan Diego, sino en la capa de Santo Tomás, quien estuvo en América muchos años antes que Cristóbal Colón. Fray Servando es procesado y condenado a diez años de reclusión en el convento de los dominicos de la Señora de Caldas, en el obispado de Santander España.
– En 1895, como la imagen estaba tan deteriorada, tuvo que ser cambiada a escondidas del público, encargándose de ello el padre Plancarte. Para suplir a la virgen se escogió una que estaba en el convento de Capuchinas. Se armó un escándalo pues la anterior imagen tenía corona, la nueva no la tenía. El sacerdote declaró que tal vez por milagro desapareció la corona.
– En 1895, Monseñor Eduardo Sánchez Camacho, Obispo de Tamaulipas declaró: No es mi capricho el que defiendo, sino la vergüenza que me da el haber pertenecido a un gremio de Obispos Franciscanos que se empeñan en sostener e imponer una cosa falsa a todas luces. Don Porfirio Díaz llamó al obispo Sánchez Camacho y le dijo:
– ¿Así que usted no cree en las apariciones?
– No señor
– ¿Y en las desapariciones? -; le replicó el viejo dictador.
El Obispo fue renunciado y obligado a salir del país rumbo a Estados Unidos. En 1900 regresó a su rancho “El olvido” donde escribió “Ecos de la Quita del Olvido”, en el cual niega el milagro y además asevera que la imagen es una pintura sustituida por el Abad Florentino Plancarte:
– Es manifiestamente falso que la madre de Cristo se haya aparecido en el cerro del Tepeyac. Es falso, absolutamente falsa la aparición Guadalupana. La pintura que allí se veneraba como obra de los ángeles o de la misma madre de Cristo, ha desaparecido y está en su lugar una nueva que el Ilustrísimo señor Abad don Florentino Blancarte mandó pintar para sustituir aquella que estaba casi destruida. ¿Es gloria imponer a los pobres indios, analfabetas una falsa creencia y hacerles gastar el miserable producto de su diario trabajo en ir a adorar?
El último religioso que dudó fue el ex abad de la Basílica, SCHULENBURG quien en 1986, al terminar el proceso de beatificación, envía una carta a la congregación de los santos descalificando la existencia de Juan Diego y por consecuencia las apariciones de la virgen de Guadalupe a las que calificó de un mito”.
Me despido de ATENECIO, a quien le expreso que sigo con el dogma de la madre de Jesucristo que veneramos los católicos, no sólo en nuestro país sino más allá de nuestras fronteras. Seguiremos confiando en que somos los más pequeños de sus hijos, aunque en nuestro país prevalezca la corrupción, impunidad, injusticia, el hambre, la explotación, la trata de personas, la migración etc. +
ATENECIO me dice: “Allá tú, pero ¿te das cuenta que quienes propician lo anterior también se arrodillan ante ella?”; y se retiro haciendo movimientos con las manos. escanio7@hotmail.com
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