Fredy Magallanes R.
Han pasado ya ocho días del fin de la jornada electoral; ocho días en que se efectuaron las elecciones con sus resultados, con sus alegrías y sinsabores, con sus fallas y aciertos, con esto y con aquello. En fin. Ganadores y perdedores. Y el tiempo no detiene su marcha.
Hay muchas cosas qué hacer por Nayarit, por sus pueblos, por su gente. Los nayaritas le dan una calificación extraordinariamente bien a su gobernante Ney Manuel González Sánchez y reafirman con su poder soberano este tres de Julio que el PRI debe y tiene qué continuar gobernando este estado. Con todas sus fallas errores aciertos y desaciertos, señalamientos temerarios etc.
El PRI es el Rey. Por esa razón los nayaritas tienen el gobierno en el presente y en el futuro que merecen. Ya no se valen críticas, arrepentimientos, ni marcha atrás. Los nayaritas tuvieron la oportunidad de elegir otras opciones. No lo hicieron. El PRI es el triunfador. Roberto Sandoval encarna los colores y las siglas de su partido, encarna la herencia de más de ochenta años de priismo en Nayarit. Y si la gente votó y se entregó al PRI y a su candidato, lo hizo en forma consciente. Nayarit es PRIISTA, dice mi padre.
Los diputados federales del PRD Guadalupe Acosta Naranjo y Martha Elena García Gómez, tuvieron una gran oportunidad y el tiempo pertinente para lograr la alianza. No lo hicieron. Los resultados están a la vista. Sin alianzas no hay triunfos, con divisiones sólo hay derrotas.
No hay marcha atrás, no debe haber arrepentimientos ni cargo de conciencias. La historia ya está escrita. Los grandes derrotados en esta elección son aquellos que mantuvieron privilegios e intereses creados por muchas décadas. El pueblo común no perdió nada. El pueblo común seguirá soñando con las promesas de más trabajo, becas, salud, educación y vivienda.
El pueblo es el eterno triunfador, el único millonario administrador de su miseria, de su pobreza. Ese es su triunfo. El pueblo sencillo, el que fue acosado chiqueado, apapachado por sus políticos antes del tres de Julio, vuelve a su estado cotidiano, vuelve a ser la masa anónima, la masa amorfa que no tiene rostro. Vuelve a perderse en el anonimato. Y volverá el próximo año a levantar las banderas con las mismas siglas, escuchará los mismos discursos. Y la vida en México, en Nayarit no se detendrá. En Nayarit el Rey no ha muerto. ¡Viva el Rey!
Nada cambia ni cambiará en aquellos ayuntamientos en que ganó el PAN, porque son herederos de deudas. Están comprometidos con las componendas pactadas con los grupos.
Priístas y panistas se fusionarán y exigirán parte del botín electoral. Aquellos “trabajadores” que abandonaron sus convicciones, su lealtad al príncipe en turno para ir y unirse al carro de los vencedores, exigirán su continuidad, exigirán su chamba. Las nóminas crecerán y los caudales no alcanzarán para sus sueldos.
Los Ayuntamientos plurales como el de Jala en donde el PRI es mayoría, no tendrán propuesta para alcanzar el bien común de la sociedad. Su propuesta será la de colocar a toda su parentela y amistades en la nómina, como ocurrió en la actual administración.
En Nayarit, en toda la historia política de este nuestro estado, el único y verdadero Ayuntamiento de oposición, el único ayuntamiento legítimo fue el que encabezó el señor Alejandro Gascón Mercado quien exigió e hizo suyo el derecho constitucional consagrado en el artículo 115 y tuvo el apoyo solidario e incondicional del pueblo, a pesar de la represión y el bloqueo del gobierno del estado de esa época.
Hoy los Ayuntamientos ya no tienen soberanía, la han perdido. Hoy sólo gestionan y aplican las obras que por lástima les otorgan las instituciones federales, con un rosario interminable de documentos proyectos, trabas, amenazas, intervenciones de burócratas que te califican y te tratan como criado.
Nayarit no tiene partidos de oposición; oposición a todo aquello que daña, que hiere, que ata al retroceso histórico de los pueblos. Oposición a los caprichos, al servilismo. Por eso en Nayarit no ha pasado nada. Viva el Rey. Viva la ignorancia.
Finalizo con un abrazo, un saludo afectuoso a mi amigo José Luis Sánchez González y una reflexión de mi maestro Romero de Velasco:
“No son pocos los políticos de México que han visto en los cargos públicos sólo la posibilidad de un negocio que puede manejarse con criterios de rapiña”.
“El vandalismo es uno de los resultados posibles de una juventud educada en el desorden de la política, de la economía y del saqueo del país”. Hasta la próxima
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