La final del Torneo de Futbol de Verano en Santa Isabel quedará grabada en la memoria de los aficionados.
SANTA ISABEL//FRANCISCO J. NIEVES
No fue un partido cualquiera. Fue un duelo no apto para cardiacos ⚽🔥. Desde el silbatazo inicial, cada jugada se disputó con garra, talento y maestría, combinando la destreza individual con el trabajo en conjunto.
El marcador durante el tiempo reglamentario reflejó la intensidad del choque: 2-2.

La tensión se apoderó de la cancha, las gargantas se desbordaban en cada llegada y los corazones latían al ritmo del balón. No había mañana: el campeón tendría que definirse en penales.
Y ahí, en la lotería de los once pasos, la escuadra de El Salto, conformada por jugadores orgullosamente ahuacatlenses, mostró temple, frialdad y categoría. Con disparos certeros dejaron en segundo lugar al conjunto de casa, Santa Isabel, que luchó hasta el último instante con el empuje de su gente.
Unas horas antes, el choque por el tercer lugar también tuvo tintes dramáticos. Tras otro empate, los penales volvieron a decidir y esta vez fue Uzeta quien salió victorioso tras imponerse al Molino, asegurando su lugar en el podio.

La fiesta deportiva se cerró con broche de oro cuando las autoridades municipales, encabezadas por el presidente Manolo Andalón, junto con el Comité Deportivo de Santa Isabel que preside Jorge Tisnado, y el Comité de Acción Ciudadana a cargo de César Alexis Serrano, entregaron los premios: 12 mil pesos al campeón, 6 mil al subcampeón y 3 mil al tercer lugar.
El torneo no solo fue futbol: fue pasión, fue encuentro, fue comunidad. Las gradas se vieron repletas con cientos de aficionados provenientes de aquí, de allá y de más allá, que con porras, tambores y aplausos convirtieron a Santa Isabel en el corazón futbolero de Ahuacatlán.
En la cancha quedó escrito: El Salto es campeón. Pero en la historia de este torneo, quedó marcado el espíritu de lucha, la emoción desbordada y la certeza de que el futbol en Santa Isabel se vive con el alma.
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