Por la ruta de la historia
De nuevo estamos en la ruta, del proyecto de que nuestro municipio se transforme en un museo abierto y después de una pausa en la colocación de las placas, listos en la calle Eulogio Parra 216, para engalanarnos con el recuerdo de un gran personaje. Está ya su familia, nietos, sobrinos, sus viejos amigos, vecinos e integrantes de Ecomuseo. Vengo apresurado de Jomulco, ya don Joaquín Villalobos está a punto de culminar el ritual de atornillar la placa que luce más clara que las otras 70 que se han colocado en el transcurso de tres años. Le ayuda el solícito Luis Alberto López.
Junto a una pequeña mesa están los maestros Pablo Torres, José Isabel, Diocelina Villanueva, el amigo del pueblo Roberto Parra y el doctor Juan Manuel Àvalos.
Inicia el maestro Pablo, toma el micrófono y explica con claridad el significado de esta epopeya social y cultural. Momento solemne en mi transición tecnológica ya que cuento con un celular donde se puede filmar en vivo, transmitir a tod@s mis amigos agregados.
Error y virtud, en esto de los movimientos digitales. La familia recorre la cortinilla amarilla y el maestro Lupillo se convierte en una leyenda por los siglos de los siglos. Leo en voz alta para los presentes y evoco la importancia del maestro J. Guadalupe Sánchez Jaime.
Su vasta cultura, el carisma, hombre popular, personaje de diferentes aristas y facetas. Tuve el privilegio que me dispensara su amistad y en charlas de banqueta nos poníamos a exponer lo antiguo y lo último. Recordar cuando lo entrevisté para mi columna Marquesina.
Amigo de mi señor padre, militante convencido aunque reflexivo. A nombre de su familia, sus hijos J. Guadalupe Sánchez Hernández y Sergio Miguel, contagiados por la emoción que los embarga y agradecen de llevar la sangre y el legado intelectual de su padre.
Su viuda la maestra Nestora, su hija Fabiola, hermanos del maestro, amigos como Valdemar Montañez y su esposa Concepción, el maestro Espinosa. Nos sentimos felices porque se comprueba el trabajo para fortalecer la relación comunitaria, que nuestros barrios tengan memoria de sus lugares, acontecimientos y personajes que nos dejaron una ciudad con sus retos, con su grandes demostraciones en el forjar cotidiano, en el fragor de las batallas por tener un mejor Ixtlán.
Sigo filmando, saludando a la historia. Una fiesta verdadera del recuerdo, la fotografía oficial cálida, las despedidas es un hasta pronto. Se utiliza la red social y pronto se inunda de felicitaciones para los que hemos estado aquí en este emotivo momento.
Sigue el jueves con la placa en uno de los íconos de nuestra modernidad, la reciente, en la escalinata a las nueve de la mañana en uno de sus pedestales y para ello el invitado especial son los amigos del club Rotario.
Hay mucha todavía, se cuentan con más de trescientas fichas para ello, lo que no se cuenta es con solvencia económica para cumplir el sueño. Ojalá que haya por lo menos ixtlec@s dispuestos a contribuir a que nuestro viaje no se detenga por culpa del dinero.
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