Pisar después de 36 años las instalaciones del antes llamado “Hotel Corita” me produjo una emoción indescriptible.
Llegué a ese edificio de Insurgentes, en Tepic, justo 2 minutos antes de las 10 de la mañana; pero antes de traspasar la puerta mi mente se transportó al primer lustro de los años 80´s cuando ocupé la gerencia de este establecimiento, con categoría de tres estrellas en aquel entonces.
Periodistas y comunicadores adheridos a COMUNA fuimos citados a este sitio a efecto de participar en el cambio de mesa directiva, en un proceso donde se puso de manifiesto una vez más, la democracia y la transparencia como los principales rectores de la citada organización, la más sólida de Nayarit.
Sentí que mi corazón palpitaba de más cuando me apersoné en la recepción. Pregunté a una joven mujer cual salón había sido reservado por COMUNA y tras escuchar la respuesta solicité hablar con el gerente. Quería conocerlo y contarle algunas anécdotas vividas cuando ocupé ese cargo, ¡hace ya casi 4 décadas!… No tuve suerte, pues a esa hora aún no había llegado el administrador.
Embelesado, contemplé cada área y no encontré grandes cambios en la estructura del hotel, salvo la recepción que fue cambiada hacia otro sitio, anexo al loby y con vista a la avenida de los Insurgentes.
Vino a mi mente las noches bohemias del bar, de los solistas y grupos que contratábamos, como los Hermanos Álvarez y el conjunto “Sound Machine”, mismo al que perteneció mi bien recordado y extinto amigo el Poly, quien a la postre se convertiría en la primera voz de Vaqueros Musical.
Miré hacia arriba para rememorar la dicoteque “Volare” que diseñó el arquitecto Valencia, exclusiva para los jóvenes “nice”, los cuales podrían ingresar solamente con membrecía.
Al dirigirme hacia el salón me topé con el licenciado Trini Espinosa y con don Miguel Gómez, los cuales se encontraban enfrascados en la elaboración del orden del día, siendo a partir de ahí que me olvidé por unos momentos de mis remembranzas para concentrarme en el encuentro con mis amigos de COMUNA.
Completado el quórum, iniciamos con la reunión, obviamente siguiendo los protocolos de sanidad, eligiendo por unanimidad a don Miguel Gómez Rivera como nuevo presidente, en sustitución de Poncho de la Vega quien, hay que decirlo, cumplió a cabalidad con ese encargo durante sus dos períodos como tal.
Gómez Rivera estará acompañado por el buen “Mike” Rosales y por Ricardo Romero, como secretario y tesorero, respectivamente, mientras que Antonio Nolasco, Chuy Gutiérrez y Javier Murillo se suman a la nueva mesa directiva en calidad de vocales.
Poncho de la Vega se despidió con un mensaje de aliento y agradecimiento hacia quienes conformamos COMUNA, en tanto que don Miguel se pronunció por aportar lo mejor de sí para el crecimiento de la organización.
Finalizada la reunión descorrí otra vez las cortinas del tiempo plantándome en la terraza, desde donde contemplé la alberca y los jardines. Bajé las escaleras y miré hacia el punto donde se ubicaba la cocina y el restaurant y hasta me pareció escuchar las voces de las hermanas Pajarito, de Polo y de don Vicente, de Martha y de Lety; en fin…
Ya para abandonar el hotel, encaminé mis pasos hacia la puerta de cristal y, ¿qué creen?… estaba tan distraído que pensé que ésta estaba abierta. Pegué de frente e hice un escándalo de los mil demonios. “¿Está bien señor?”, gritó la recepcionista. La vergüenza me orilló a decirle que “sí”, pero aquí entre nos todavía traigo un chipotón y aún sigo resintiendo un dolor en la rodilla.
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