LILIANA HERNÁNDEZ
¿Que tal amigas y amigos? Un gustazo compartir con ustedes ésta reflexión acerca del “dolor”, a partir de hoy éste tema tendrá prioridad en mis escritos todo éste mes, con la finalidad de que salgamos triunfantes en la vida diaria cuando lo enfrentemos, ¿Me acompañas? ¡Vamos entonces e iniciemos juntos!
En cada uno de nosotros el “dolor humano” es ineludible, ya que toma una fisonomía diferente cada vez, en ocasiones se presenta como el sufrimiento físico, como la prueba que golpea, el fracaso que desalienta, la soledad que oprime, la enfermedad que consume, el infortunio que aniquila, etc.
“Y ante éstas situaciones sucumben miles de almas cada día, porque no hemos aprendido a ser “triunfantes del dolor”.
El objetivo de las próximas 5 reflexiones con éste tema será: “Presentar como el dolor en la adversidad puede ofrecernos perspectivas luminosas, mediante un correcto enfoque en la vida”.
Iniciemos con una comparación: “El rumbo de un barco de vela no depende tanto de la dirección del viento como del hábil manejo de la vela”, asimismo “El rumbo exitoso que queramos darle a la vida no dependerá tanto de las circunstancias externas que nos rodean, sino de las actitudes internas del Corazón y de tu Alma”.
¡El Dolor podrá elevarnos o hundirnos, según lo decidamos en nuestro propio Yo interior; con nuestra Fe, con nuestra conciencia, nuestras fortalezas, nuestras debilidades, seguridades, miedos o dudas!
Cuando enfrentemos algún problema que nos impide conciliar el sueño en la noche, no hay razón para que desmayemos, ni mucho menos para que tomemos decisiones fatales. Es muy importante que con nuestra Fe nos acerquemos confiadamente en Dios, y a través de la Oración, solicitemos una amplia medida de valor de sabiduría y soluciones, de tranquilidad y paz, para que en lo posible nos relajemos y podamos descansar dejando la preocupación poco a poco vendrá la luz de la respuesta y solución.
“Toda perla comienza con un dolor en el vientre de la ostra, así como el dolor de la ostra da origen a las perlas legítimas, el sufrimiento humano eleva, engrandece y da brillo al carácter”.
El dolor y el sufrimiento forman parte inevitable de la vida humana. Por más que luchemos por ser felices, en ocasiones el dolor se nos mete en el alma como fiero invasor. Recordemos al Rey David, mil años antes de Cristo, dijo: “Me he consumido a fuerza de gemir, todas las noches inundo de llanto mi lecho, riego mi cama con lágrimas. Mis ojos están gastados de sufrir”. (Tomado del libro “Triunfantes en el dolor, de Enrique Chaij).
A pesar de todo esto; después de la tempestad viene la calma, el dolor pasa, el sufrimiento pasa, y en ése proceso es el momento culmen de la prueba en nuestra fortaleza interior, de nuestra Fe, de la Esperanza, del Amor. No es fácil, pero debemos digerirlo poco a poco, para que aún en el dolor tengamos en nuestros sentimientos éstas Virtudes Teologales, que son las que nos ayudan a superarlo, salir avante y fortalecidos de ello.
Más adelante continuaré informándoles de otros personajes de la historia de la vida que han pasado por momentos difíciles en el dolor y han salido triunfantes. Primero Dios tengo una cita contigo próximamente. Un gran abrazo y espero tus comentarios como siempre a mi correo: lilyher_23@hotmail o a mi Face: Liliana Hernández.
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