¿Será o no será? ¡Es tu reflexión!
POR: LILIANA HERNÁNDEZ
¿Que tal amigas y amigos? Gracias por leer y acompañarme en la reflexión de éste tema del dolor, donde nos hemos dado cuenta anteriormente que nos quita transitoriamente la luz del sol pero derrama posteriormente la lluvia bienhechora, que nos da vigor y crecimiento. Por tal razón los infortunios bien tomados constituyen la parte más aleccionadora de la vida y fortalecen nuestra fibra moral, porque cuando el alma siente dolor acompañado de soledad e impotencia podemos dirigirnos con Fe desde dentro de nuestro corazón a Dios en busca de seguridad y confianza, para que se nos presente un mejor porvenir.
“El dolor en las pruebas de la vida, es una llamada de atención para recordarnos que cuando perdemos algo, todavía nos queda lo mejor, teniendo la esperanza con nosotros”.
Recordemos otro personaje de la historia que superó situaciones difíciles; el presidente norteamericano “Theodore Roosevelt” (1901 – 1909) quien sentía una profunda pena porque tenía su vista muy defectuosa. Siempre debía llevar consigo dos pares de anteojos, uno para ver de cerca y otros para ver de lejos, con la consiguiente molestia cada vez que debía cambiárselos.
Pero llegaría el día cuando se pondría contento por ése problema de su vista. Ya que en una ocasión un enemigo le disparó un tiro de revólver y lo hirió de tal manera que debió ser hospitalizado con una herida en el pecho. Después de extraerle el proyectil, el cirujano se lo mostró y le dijo: “Señor Presidente, el tiro iba dirigido a su corazón, pero el estuche de sus anteojos que usted guardaba en el bolsillo de su chaleco, desvió el curso de la bala; y le salvó la vida”.
Cuando el presidente escuchó éstas palabras del médico, dijo en voz alta: “Oh Señor, y yo que creía que era una desgracia cargar siempre con mis anteojos y los estuches” (Tomado del Libro “Triunfantes en el dolor” de Enrique Chaij).
“Detrás de lo malo y de lo bueno que experimentamos siempre hay una gran lección de vida para perfeccionarnos como seres humanos”.
También a nosotros la vida puede someternos a circunstancias adversas que nos induzcan a maldecir nuestra suerte. Puede ser una enfermedad, una desgracia familiar, en fin una situación difícil o cualquier otro contratiempo, pero al igual que Roosevelt, eso que parece una maldición puede ser canalizado precisamente para nuestra bendición.
Aunque no comprendamos en ese momento la razón de ésa circunstancia, sólo debemos descubrir por medio del dolor que nos causa dicha adversidad, acudiendo a nuestra Fe que la vida sigue y podemos fortalecernos para continuar el camino hacia la Felicidad y la Victoria de la vida.
Primero Dios tengo una cita contigo próximamente, un gran abrazo y espero tus comentarios como siempre a mi correo: lilyher_23@hotmail o a mi Face: Liliana Hernández.
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