Creo que era un nimbo de tersa piel
su nombre de dardo azul
¿Quién era, cómo se llamaba?
No lo supe ni en insomnios de remanso agudo.
Consulté el oráculo del orbe siempre mantico
crisol ladino de los astros diurnos
y las paganas oraciones de los fieles;
la brida de los potros amatistas
y el crepúsculo nocturno.
Nada pudieron decirme, ni de quien tú eres
si eres corazón de selva fría
o magma de vulcano ardiendo.
Manantial de agua sobre labios secos
o desierto allende las alimañas ponzoñosas.
¿Qué hizo el vuelo de mi alma entonces?
Restañar el dialecto níveo de los madrigales.
¿Quién era, cómo se llamaba?
No lo supe, no lo supe con palabras.
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