AHUACATLÁN. – Con una sazón que ya quisieran tener los mejores chefs, Ricardo es famoso en Ahuacatlán por la venta de sus tacos de cabeza, los cuales expende en el centro del poblado. Y hay meses en los que le va muy bien, aunque no hay como octubre, diciembre y enero.
Sin embargo, sus expectativas por ahora son muy desalentadoras, pues afirma que la falta de circulante ha hecho que las ventas se hayan desplomado; y así – se queja – escasamente saca para “el chivo”. No hay ganancias. “¡Está muerto el negocio”, afirma!
Pero Ricardo no es el único que sufre de esta crisis. Todos los comerciantes de Ahuacatlán resienten la situación. Y ahí están las carnicerías, cuyas ventas han disminuido hasta en un 60 por ciento. Las fondas están solas, los expendedores de frutas y verduras se la pasan espantándose las moscas ante la falta de clientela. Bueno, ¡Hasta los expendios de paletas y aguas frescas se ven desolados!
Julio y agosto, para la mayoría de los comerciantes de Ahuacatlán, resultaron muy aciagos. Por eso están alarmados ante el descenso en las ventas; y no son pocos los establecimientos que se tambalean peligrosamente corriendo el riesgo de tener que cerrar sus puertas por incosteables.
Y es que definitivamente, el regreso a clases, ha ocasionado que debido a los gastos que los padres de familia han tenido que enfrentar, éstos sacrifiquen la venta de algún artículo, en aras de comprar uniformes y artículos escolares a sus hijos. Además de que en algunos casos, los maestros se pasan de vivos y tratando de obtener alguna ganancia, obligan a los padres de familia a comprar sus uniformes o útiles escolares, en determinado lugar.
Las bajas ventas no son privativas de los comercios establecidos, pues también los dueños de puestos semifijos y ambulantes resultan afectados por esta situación. La economía familiar simple y sencillamente es muy limitada, ¡No hay circulante!
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