Ahuacatlán, agosto 25.- (Francisco J. Nieves Aguilar).- David, un hombre correoso que había perdido las ganas de vivir por su adicción a las drogas, se convirtió de pronto en un hombre emprendedor, alegre y optimista, humano y generoso. Todas sus experiencias negativas que le ocasionó el consumo de estupefacientes, las dejó en el costal del olvido, cambiando el mal por el bien.
No fue fácil reconsiderar su vida. Necesitó de mucho esfuerzo, pero al final supo sobreponerse a esas adversidades que le ocasionaban sus ansias de consumir alcohol y cocaína.
Durante 10 años estuvo dominado por los vicios, hasta que decidió ingresar a una agrupación de autoayuda psicológica y espiritual, cuya matriz se ubica en Compostela.
Radicado en Ahuacatlán, David cuenta que a raíz de su ingreso a este grupo empezó a ver las cosas de otra manera, pues ahí se le brindó mucho apoyo; y que gracias a un equipo multidisciplinario, y luego de haber estado internado durante escasos tres días, volvió al seno familiar para integrarse a la vida social.
Gilberto lleva ya más de un año sin consumir ninguna droga; tres meses menos que Pedro, quien también logró su rehabilitación en esa misma agrupación que opera bajo la batuta de un tal Ramón.
Pedro comenta al respecto: “Yo empecé a consumir marihuana desde muy chico. Lo hacía dizque para olvidarme de los problemas que había en casa; pero después ya no podía dejar de consumir drogas y a diario me fumaba hasta ocho “carrujos”…
“Después—dice—empecé a probar la cocaína y hasta le entré mucho al crack… ¿se pone uno re loco!”, dice sonriendo al recordar aquellos desafortunados momentos de su vida.
Hoy, David y Pedro se encuentran en proceso de rehabilitación. Y van bien, ¡Muy bien!
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