AHUACATLÁN.
Una falla orgánica múltiple que se complicó con un derrame cerebral, fue lo puso fin a la vida de la señora María del Refugio Alatorre Carrillo, cuyo cuerpo fue sepultado ayer tras haber sido velada en la Funeraria Bañuelos de esta ciudad.
Se trata de la señora Cuca, quien tenía algún tiempo batallando contra la muerte, permaneciendo bajo los cuidados de una de sus hijas, pero de pronto su corazón dejó de latir, dejando en sus hijos un profundo vacío y tristeza, difícil de superar.
La señora Alatorre habitó durante muchos años una finca que se sitúa justo frente a la plaza de toros El Recuerdo, por la calle Morelos, pero sus últimos días los vivió en Guadalajara, Jalisco, siendo allá en la capital jalisciense donde se produjo su fallecimiento.
Doña Cuca, cabe decir, fue esposa de don Octavio Arroyo Cambero, quien a su vez fue hijo del que fuera constituyente nayarita y primer presidente constitucional de Ahuacatlán, don Francisco N. Arroyo.
A su lado procreó nueve hijos: Francisco, Beatriz, Martha, Eduardo (Gualo), Lupita, Kity, Cuquita, Javier y Violeta, todos de apellidos Arroyo Alatorre.
Mujer emprendedora, de carácter fuerte y noble a la vez fue la señora Cuca, quien por cierto y no obstante la diferencia de edad respecto a sus compañeros, formó parte de la primera generación de la preparatoria No. 8, por lo que siempre recibió el respeto y cariño de los estudiantes.
La señora Cuca quedó viuda siendo muy joven aún; por eso y a base de fuerza y corazón, logró sacar adelante a sus hijos, encaminándolos por la ruta correcta y dotándolos de las herramientas más valiosas del ser humano, como es la sinceridad, la generosidad y la honradez.
DESCANSE EN PAZ.
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