AHUACATLÁN.― A poco más de 40 años de su fundación, el Club de Leones de Ahuacatlán se disolvió, aunque sus damas aún siguen realizando actividades filantrópicas; pero como Asociación Civil dejó de existir. Esto es debido también a la indiferencia de algunos de sus socios.
Su mayor auge lo tuvo en la década de los 80´s y 90´s. Incluso, al iniciar este siglo, sus socios continuaron ejerciendo acciones sociales, sustentados en su lema: “We serve” –nosotros servimos–; pero la llama se fue extinguiendo poco a poco y no hace mucho acordaron disolverlo.
El club –cabe señalar– fue fundado en la década de los 70´s gracias a la iniciativa de algunos hombres generosos y altruistas, destacando entre ellos el entonces gerente de Banamex, un tal Honorio; pero también se sumaron gentes de la clase media alta, como don Lauro Bañuelos, el profesor Chuy Ramos Arvizu. Rubén Andalón, Abel Fausto, el doctor Chuy Espinosa, Ramiro y Cuco Llamas, don Alejo Enríquez y los hermanos Romero, Beto y Bonifacio, entre otros.
Actualmente el grupo –ya no como club– lo integran 11 personas, contándose entre ellas a los profesores Juan Ramos y Chuy Llamas, Félix Loaiza, Mario López, Beto Topete y Vicente Machaín, por citar a unos cuantos.
El edificio que construyeron por la avenida 20 de Noviembre –en terrenos de la antigua Limonera– ahí está; solo que ya no está en funcionamiento; aunque de vez en cuando se renta para eventos sociales.
El inmueble –es del conocimiento público– está en venta. Los ex socios decidieron vender ese edificio y también de vez en cuando se reúnen, solo para convivir. No así las damas, quienes continúan realizando acciones sociales, como los apoyos que con meridiana frecuencia le otorgan al Convento de las Madres Clarisas.
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