IXTLÁN DEL RÍO. – Chaparrona y robusta, la mujer se detuvo de súbito tratando de protegerse de la estructura de metal. El ciclista pasó de largo sin siquiera voltear a verla.
La dama quiso entonces pasar a la otra esquina, pero el reducido espacio hizo que permaneciera por espacio de diez minutos en el mismo sitio.
La escena anterior se suscitó en la esquina de las calles Allende y Zaragoza, justo donde funciona una reconocida papelería. Ahí se colocó un toldo a manera de extensión del mismo negocio; pero resulta que está obstruyendo casi la mitad de los carriles de las dos arterias citadas líneas atrás.
El toldo en realidad constituye un peligro, tanto para los peatones como para los automovilistas; esto es sin contar los contratiempos que la misma situación genera, pues choferes y transeúntes deben esperar el momento para poder transitar sin riesgo de que ocurra algún percance.
Y esto mismo sucede en otros puntos de la zona centro, donde los comerciantes se aprovechan invadiendo los espacios públicos con tal de hacerse llegar más ingresos, pero poniendo en riesgo la seguridad de los peatones.
La invasión de banquetas es punto y aparte, pues ese ha sido el cuento de nunca acabar toda vez que los comerciantes de la zona centro continúan utilizándolas para exhibir sus mercancías sin que exista autoridad alguna que les llame la atención.
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