Report-arce
“Es un ajetreo muy bonito aunque es andar todos los dos días durante el evento familiar, social, de recuerdos, atendiendo a las personas que hemos tenido el gusto de que nos acompañan desde Ixtlán, los regidores Roberto Parra, Marisol Sánchez y el presidente municipal en turno como esta vez Pepe Alvarado. Hemos recaudado hasta 9 mil dólares, pero es duro y satisfactorio”.
Los integrantes se reúnen cada mes, pero están en contacto por teléfono y cuando surge una urgencia pronto se ponen de acuerdo aprovechando los avances de la tecnología. Cuenta con orgullo que están unidos y muy bien organizados y que no hay polémicas inútiles, todo es para apoyar a los que de verdad requieren.
Me desglosa las participaciones en El Terrero, Ranchos de Arriba, San Miguel, Méxpan y hasta han alcanzado ayudar a otros pueblos de otros municipios.
Recuerdan con cierto pesar de que algunos políticos les han prometido y no les han cumplido como la construcción del puente de San Miguel que el diputado Francisco Jacobo les dijo que era su primera prioridad y nunca más se acordó. También les presentaron un proyecto de dicha obra y se dieron cuenta de que el presupuesto era un engaño con mentiras, y el club no tuvo la capacidad de solventar.
Le pregunto a la Chata Ramírez sobre cómo traen la ayuda material. “Una persona llamado Héctor Brambila que es de Tomatlán tiene un tráiler y desde Tijuana embarca el material para seis municipios y nos cobra sólo 400 o 500 dólares por el flete y esa asociación que ellos tienen también nos consiguen gratis algunos materiales”.
Me da a conocer que aunque ellos tienen voluntad, no les tienen confianza a los discursos e informes gubernamentales, asisten con ciertas reservas cuando los convocan a Tepic en diciembre en el festejo del Día del Inmigrante, y en agosto a otra reunión donde escuchan que hicieron maravillas, que son puros “inventos”.
Ellos se dedican a seguir trabajando sin pensar quién logra ser gobernador, diputado local o presidente municipal, sin importar colores. “Ya no confiamos en los que llegan a ocupar un cargo en el gobierno, porque nosotros somos de otra manera, nos duele que hay mucha gente que necesita ayuda y se quedan esperando meses sin que nadie los atiendan en sus peticiones”.
También apoyan a realizar trámites en el Consulado para obtener visas humanitarias y los beneficios de seguro social. Me podría quedar escribiendo mucho más de su nobleza y su profundo cariño que le tienen a los habitantes de este municipio, pero esto es una oportunidad de escribir con claridad del esfuerzo muchas veces no reconocido ni valorado, el que hay veces se quieren aprovechar del club imaginando que son fábrica de hacer dólares.
Son seres humanos que comparten un lazo que no se puede romper a pesar de las lejanías así como ese tiempo imborrable aquel como el puesto de churros deliciosos y con ese olor que nos marca y nos deja huella la nostalgia más allá de los años. Ese olor intenso de los churros cuando los venden añorando los recuerdos de abuelos, padres, hermanos, hijos.
La transmisión del amor en generaciones por esta tierra y cielo, bendita acción. De nuevo ¿qué sienten ayudar? Y termino temporalmente esta historia porque vendrán otros episodios, con estas frases de la Chata Ramírez: “No caben en las palabras la enorme satisfacción de trabajar con la gente necesitada, cuando te dan las gracias. Pídanle a Dios para que sigamos trabajando”.
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