Hicieron una obra de mala calidad con tubería que no corresponde a la que debió ponerse en las descargas domiciliarias. La obra fue producto del gobierno de Toño Echevarría y ejecutada por Grupo Constructor Julián, S.A. de C.V.
AHUACATLÁN.
“No huele, ¡Apesta!”, fue la exclamación espontánea de un peatón proveniente de la Meseta de Juanacatlán, refiriéndose con ello a los nauseabundos olores que desde el pasado martes se han estado percibiendo en la zona centro de Ahuacatlán y parte del barrio de La Presa.
Lo anterior a su vez es derivado de un problema que surge en el colector de drenaje que recién se rehabilitó, por la calle Aldama, entre las calles Durango y 01 de Diciembre, aunque los más afectados en este caso son las familias que habitan entre Durango e Ismael Zúñiga, en el meritito centro de Ahuacatlán.
De acuerdo a los vecinos el problema radica en la tubería principal y en las descargas domiciliarias que sobre esta arteria se colocaron, dado que su diámetro no es la que se debió poner pues los tubos no tienen la capacidad para transportar las aguas negras que se supone deben parar en la vieja laguna de oxidación que se sitúa entre Heriberto Jara y esta cabecera municipal.
Se necesitaban tubos más anchos, pero la empresa que ejecutó la obra no lo pensó así y ahora ahí están las consecuencias, con un drenaje y descargas domiciliarias colapsados, situación que dio origen a esta pestilencia que se percibe en toda la zona centro.
Para paliar el problema se tuvo que recurrir a la Comisión Estatal del Agua ( CEA) la cual envió algunos trabajadores que realizan labores de desazolve, con el obvio afán de que se continúe el colapso y evitar también posibles infecciones a la ciudadanía.
La obra de referencia, cabe explicar fue concebida por el gobierno estatal anterior, el cual reportó un costo de inversión de casi cuatro millones de pesos; pero fue la empresa llamada “Grupo Constructor Julián, S.A. de C.V”, la que se encargó de ejecutarla.
El caso es que las familias que habitan en esa zona están sufriendo las de Caín por estos fétidos olores que despide el drenaje colapsado y la solución, de acuerdo a los expertos, es volver a abrir la zanja para que se coloque tubería de mayor diámetro, con los costos que ello implique.
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