La ilusión de recibir una carta en sobre blanco o pinto se ha ido esfumando, pues con la aparición del teléfono, el celular y el internet, esto ya quedó atrás. Ahora las bolsas de cuero que cargan los carteros vienen llenas de recibos telefónicos, cuentas bancarias, revistas y otros documentos similares, pero el oficio no por eso ha demeritado.
Aunque los carteros son trabajadores que cumplen con una función primordial dentro de la vida cotidiana, últimamente han visto disminuir su trabajo, debido también al crecimiento desmesurado de empresas de mensajería que representan una competencia desleal para el servicio postal mexicano.
El teléfono primero, luego el fax y ahora el correo electrónico y las redes sociales modificaron mucho el concepto antiguo del cartero y del empleado postal. La incomprensión ha originado a su vez cierta indiferencia.
Las personas han dejado pluma y papel para comunicarse entre sí de manera directa a través del teléfono o celular y del correo electrónico. Aquellos sobres blancos y pintos han quedado en el olvido.
Aquellas frases tan trilladas que utilizaban nuestros padres o nuestros abuelos, ¿dónde quedaron?: “¡Querido fulano de tal; espero que al recibir esta carta te encuentres bien, gracias… y después de saludarte paso a lo siguiente: bis, bis, bis”. Nada; todo eso ya se perdió.
Sin embargo, ahí queda la imagen del cartero, recorriendo las calles, entregando la correspondencia a los destinatarios, empapados en sudor a veces, pedaleando, ahuyentando a los perros que encuentran a su paso, con responsabilidad; todo con el único fin de servir a la sociedad.
El 12 de noviembre se celebra el Día del Cartero y del Empleado Postal, conmemoración que data desde 1931, la cual, de acuerdo a nuestras investigaciones, se debe al coronel Luis Franco.
Pero fue hasta 1947 cuando el correo mexicano emitió, por primera vez, una estampilla dedicada al cartero.
Datos del Sindicato de Trabajadores del Servicio Postal Mexicano mencionan que hay aproximadamente 9 mil carteros en la república mexicana que luchan por sobrevivir pese al desmesurado crecimiento del Internet, correos electrónicos y de las empresas de mensajería.
La organización sindical revela que ha disminuido en un 60 por ciento, el envío de cartas personales, por los factores antes mencionados.
Además del crecimiento de las empresas de mensajería, y considerando que mucha gente tiene acceso al internet y a los correos electrónicos, también ha disminuido en un 60 por ciento, el envió de cartas personales, por la facilidad del acceso a la comunicación por computadora.
Anualmente, el correo maneja 30 millones de piezas postales por lo que sigue siendo un medio eficaz de comunicación.
Pese a la falta de atención del gobierno federal a este importante medio de comunicación escrito, los trabajadores postales realizan su máximo esfuerzo para cumplir las encomiendas que el pueblo de México y los grandes usuarios les confían.
Entre Ahuacatlán, Jala e Ixtlán del Río laboran alrededor de 15 empleados postales. Solamente una de ellas es mujer y presta sus servicios a las oficinas postales de Ixtlán.
Aunque con el ferrocarril se agilizó el reparto de la correspondencia y ahora existen sistemas de correo muy modernos, los carteros continúan realizando su labor, a pie, en bicicleta o en motocicleta y hacen llegar hasta cada hogar la correspondencia que todos esperamos.
El festejo del día del cartero fue promovido en reconocimiento a dos carteros que salvaron la correspondencia de un tren dinamitado por los revolucionarios y de otro que prefería mojarse al cubrir su correspondencia con su gorra y con su saco.
Así, el 12 de noviembre de 1931, los empleados postales fueron festejados por primera vez y en 1947, se imprimió un timbre dedicado al cartero, al que se bautizó como “héroe anónimo”.
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