Amatlán de Cañas; enero 17.- (Omar G. Nieves).- Como el año pasado, el cardenal terminó la misa, se despojó de la indumentaria litúrgica y nos dio la entrevista. Amable y cortés, nos remitió al despacho del templo. Luego cenaría para descansar, como es su costumbre, durmiendo en el apacible y silencioso pueblo de Amatlán.
¿Es Amatlán un pueblo que conserva sus tradiciones, la fe y devoción por Jesús de Nazaret?
Sí. Amatlán es una comunidad que ha sido muy serena, tranquila, trabajadora y muy piadosa. Y estas fiestas que le hacen a Jesús Nazareno son muy bonitas. Afuera la música, los cantos, los cohetes; y dentro del templo las oraciones, el confesarse, el comulgar; o sea, ponerse en paz con Dios.
Son muy bonitas estas fiestas de enero. Vienen también los ausentes, desde Estados Unidos.
¿Usted viene cada año a Amatlán?
Sí. Por lo general cada año vengo.
Creo que esta es la primera vez que vengo el 15. Otros años mi calendario no me lo permite, pero vengo a algún día del novenario.
Pero, ¿Usted suele visitar algunas otras parroquias, algunas otras festividades, o es Amatlán un pueblo privilegiado?
No, yo soy el obispo de la Diócesis de Guadalajara, y esto pertenece a Guadalajara, junto con El Rosario, Nayarit. Entonces son más de 500 parroquias.
No puede visitarlas todas.
Por eso tengo ministros auxiliares. Por eso casi todas las tardes voy acá o allá, a veces los sábados hago dos, el domingo hago tres.
Hay parroquias que ya saben que cada año me invitan. Y Amatlán es una de ellas. Que cada año aquí nos vemos.
Señor Cardenal hace un año lo entrevistamos y aún vivía Carlos Monsiváis, quien fue un conocido crítico de usted y de la iglesia católica. ¿Qué nos puede decir de él ahora que ya falleció?
El ya está juzgado por Dios. Ya déjalo. Déjalo en paz. No desentierres a los muertos. Dale el descanso eterno. Ya no quiero decir nada de esto.
¿Usted lo perdona?
Sí, claro, yo nunca me sentí ofendido. No hago caso de las críticas. La vida es corta para gastarla en dimes y diretes y hacerle caso a quienes te critican. Mejor dedícale el poco tiempo que tienes de vida a hacer el bien.
¿Como por ejemplo a Marcelo Ebrard?
También, es otra persona.
¿Lo perdona también?
Sí.
Digamos que si Marcelo Ebrard llegara a ser candidato de la izquierda en el 2012. ¿Usted se mantiene al margen o…?
Totalmente. Esos asuntos no me interesan. El pueblo que escoja los gobernantes y después que no se queje.
¿Cómo va la demanda que interpuso Marcelo Ebrard en su contra?
Mira esa no la estoy llevando yo. Por supuesto no, yo nunca. Esa la están llevando los abogados. Como dijo el diablo… te voy a contar para que entiendas…
… Resulta que el diablo, allá en los jardines del cielo, se robó un pedazo. Recorrió los postes. Entonces andaba San Pedro dando vueltas, se dio cuenta, y llamó al diablo:
– Oye demonio sinvergüenza, recorriste los postes y te robaste un pedazo.
– No San Pedro, no San Pedro.
– Sí, mira aquí esta.
Empezó a ponerse la cosa caliente, y entonces dijo el diablo muy digno:
– Mira San Pedro, tu y yo somos gente, no nos ‘peliemos’, que nuestros abogados arreglen el asunto.
Y San Pedro dijo que sí. Pero a los ocho días regresó San Pedro hecho una furia con el diablo:
– Ven acá ladrón sinvergüenza. Con razón propusiste que los abogados arreglaran el asunto, si tú los tienes a todos. (Risas).
Lo que te quiero decir es que eso lo arreglan los abogados. Que yo no quiero entrar en ello para nada.
¿Usted está tranquilo en ese aspecto?
Totalmente. Pues si no debo nada, no hice nada. Pues qué, decir la verdad. Además la libertad de expresión. ¿No que somos un país democrático? Pues ahí que se vea.
¿Me puede explicar, a lo mejor con alguna ilustración como la que acaba de contar, aquel dicho que en días pasados sacó un semanario que ustedes publican acerca de los talibanes laicistas?
No, no. Eso es de México. Ese es otro rollo. Eso lo dijeron los de allá, los de México, no los de Guadalajara. No me embarres con eso porque viene otra demanda. (Risas).
Señor cardenal: El Papa encomendó al obispo Watty Urquidi la investigación del caso de los legionarios de Cristo…
Encomendó a cinco, eran cinco, de distintas nacionalidades. Y el mexicano fue él. Hace casi un año que entregaron su reporte. Y después de eso el Papa nombró una autoridad que es ahora el cardenal Velasio De Paolis.
Le dijo el Papa: “Ve acomodando las cosas y ve limpiando el trigo de la paja. Hay cosas buenas y cosas no buenas. Arréglalas”.
Ustedes ya saben. Lo conocen los medios y el pueblo. La primera disposición del cardenal Velasio fue decirles a todos los legionarios del mundo: “Ya hagan a un lado a su fundador. Ya no miren. Ya no lo nombren. Ya desaparezcan”.
(Paco Baltasar): Ya se dio fecha para que Juan Pablo sea beatificado.
Sí, el primero de mayo.
(Paco Baltasar): ¿Qué opina usted?
Mira pues muy bien. Yo pregunté por qué; pero tal vez sea el primero de mayo porque la fiesta es el domingo segundo de pascua. Es la fiesta de la divina misericordia. Es una fiesta polaca. Una devoción que tenía Juan Pablo por las revelaciones que tuvo una religiosa polaca, Santa Faustina Kowalska.
Entonces el Papa regó por el mundo una devoción por la misericordia divina. O sea, fijarse mucho en la misericordia de Cristo, que murió por los pecadores.
Usted dio clases en el seminario. ¿Algún día piensa regresar a la docencia?
No, no, ya no. Hay etapas de la vida que se van superando. Por acá afuera, ¿A los cuántos años licencian a los maestros?
Me parece que a los sesenta.
Yo tengo 77, saca la cuenta.
¿Como Cardenal se piensa jubilar también?
No. Como Cardenal, es decir, seré Cardenal hasta que me muera. El título lo conservo. El trabajo no, el trabajo más adelante, ya que esté más gastado. ¿Ahorita como me ves?
– Con muchas energías. Si recorre dos parroquias al día… – “Dos o tres” –. Imagínese las energías.
(Paco Baltasar): Por poquito iba a ser nuestro Papa, pero no lo eligieron.
Yo estuve muy cerca de ser Papa. ¿Sabes cuántas posibilidades tuve? Cincuenta por ciento para ser Papa. Porque iba a ser yo, o iba a ser otro. (Risas).
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