El fino tañir de las campanas y los estresantes timbres volverán a resonar otra vez en las escuelas de la región, ¡Se acabaron las vacaciones! y seguramente muchos niños tendrán que batallar mucho para levantarse, hasta que el cuerpo se acostumbre.
El nerviosismo y la ansiedad mantienen en zozobra a los chiquitines que por primera vez acuden a un recinto escolar. No faltará aquel que, berrinchudo, se resistirá a quedarse. Otros llegarán a la escuela “puntualitos”, emocionados por reencontrarse con el compañero que dejó de ver en poco más de un mes.
No son pocos los que tendrán dificultades para retomar el ritmo, recordar temas y materias, como Francisco Tapia quien confiesa no haber hojeado libros ni cuadernos durante todo el período vacacional.
Su primo César, en tanto, se vio en serios aprietos para encontrar un pantalón de su talla, pues por su marcado sobrepeso le fue poco menos que imposible adquirir su uniforme de secundaria. “¿Y no me irán a regresar porque no entregué mi tipo de sangre?”, señala nervioso.
Apenas el pasado sábado se aprovisionó de su mochila y algunos tres o cuatro cuadernos que compró en Ixtlán. Sus padres no tuvieron para más.
“Me siento nerviosa de entrar a la escuela, casi no puedo escribir porque no agarré ni un lápiz en las vacaciones, pero a ver cómo me va. Quiero aprender mucho este año, sobre todo inglés y matemáticas”, señala por su parte Marichuy, quien deberá de acudir hoy a la escuela secundaria federal Revolución.
Para José Andrés Contreras, quien va a sexto año, regresar a la escuela representa “un alivio” toda vez que ya se había enfadado de traer la leche y las tortillas, siguiendo las órdenes de su mamá.
No obstante, las escenas de pánico que normalmente se observaban en antaño, parece ser que poco a poco se van quedando atrás. A otros les entusiasma su uniforme, sus cuadernos y su mochila por estrenar.
Así pues, tanto alumnos de preescolar, como de primaría y secundaria, se levantarán hoy más temprano que de costumbre para asistir de nueva cuenta a clases después de mes y medio de vacaciones; ¡Y no queda de otra!, ¡A estudiar se ha dicho!
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