Una confusión histórica que pone a prueba a carteros, conductores y vecinos.
AHUACATLÁN.
En Ahuacatlán, existe una calle que desde hace años ha generado debates y dudas entre sus habitantes, carteros y conductores.
Se trata de la arteria que inicia en la esquina de Aldama y Reformay se extiende hasta la colonia Demetrio Vallejo, al extremo poniente del municipio.
Lo que parece ser una simple cuestión de nomenclatura se ha convertido en un verdadero enigma urbano.
El origen del conflicto
Antes de ser ampliada, esta calle era conocida exclusivamente como Calle Miñón, una vía reconocida por todos. Sin embargo, tras una remodelación que incluyó la anexión de una parte de la huerta del señor Octaviano Núñez, comenzó a surgir la confusión.
Algunos la consideran como una prolongación de la Calle Aldama, mientras que otros insisten en mantener su nombre original.
El problema se agrava en el área conocida como el «parquecito del chiquilichi«, donde se encuentran la Ganadera y el salón de los maestros.
En este tramo, nadie tiene claridad sobre si el nombre correcto es Calle Aldama, Prolongación de Aldama, o simplemente Calle Miñón. Ni siquiera los carteros han logrado ponerse de acuerdo, dificultando la identificación del lugar para vecinos y visitantes.
Un doble problema: tránsito vehicular
A la confusión del nombre de la calle se suma un problema relacionado con la circulación vehicular.
De acuerdo con las disposiciones viales, el tramo que inicia en la Calle Cuauhtémoc debería tener tránsito en un solo sentido, de oriente a poniente. Sin embargo, muchos conductores ignoran esta normativa y convierten la vía en una calle de doble sentido, aumentando el riesgo de accidentes.
Una solución pendiente
Para resolver este caos, sería fundamental que las autoridades de tránsito reforzaran la vigilancia en esta arteria, delimitando claramente las reglas de circulación.
Además, una consulta vecinal podría ayudar a determinar el nombre oficial de la calle, acabando con décadas de incertidumbre.
Mientras tanto, el enigma de la Calle Aldama o Miñón sigue siendo un tema de conversación en Ahuacatlán, un detalle que refleja cómo los nombres y las normas, aunque pequeños, pueden tener un impacto significativo en la vida diaria de una comunidad.
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