“Aquí es la playa!”, dice emocionado Brayan, de 4 años de edad, al salir del chapoteadero con agua de color verdosa y al pisar la tierra beige que se pierde entre la hierba del balneario “Los Mangos”.
Son casi las 3 de la tarde. El sol está insoportable. Huele a bronceador y se escuchan gritos de emoción de niños y jóvenes al zambullirse en las aguas de éste popular balneario que se ubica en la localidad de Valle Verde, municipio de Ahuacatlán.
Otros más prefieren estar tirados a la orilla de la alberca tomando el sol, mientras tiemblan de frío… El agua fría y verdosa no importa. Todos se mojan, juegan, nadan y hasta se avientan clavados.
En el balneario “Los mangos”, los niños pagan 20 pesos y los adultos 30. Tiene dos albercas, el baño es improvisado y en lugar de bardas hay telas; en tramos hay pasto y en otros hierba. En dos estanques pequeños se pueden ver peces pequeños.
Brayan Rivas come rápido, a la sombra de un árbol, la torta de jamón que su mamá le preparó. Quiere regresar al agua, junto con sus dos primos y sus dos hermanas.
“Sólo nos alcanzó para venir aquí; ¡Ni modo de ir a la playa!, no tenemos p´al pasaje y aquí no cobran tan caro. Además está muy bien; hay sombra, uno descansa y los niños se divierten”, dijo la mamá de Brayan, con siete meses de embarazo.
A lo lejos, José Arciniega presume sus clavados a sus amigos… Agarra vuelo, todos se hacen un lado en la alberca y las miradas están puestas sobre él. Por fin se avienta un clavado, da un giro en el aire, cae y todos sueltan una carcajada al sacar un chapuzón de agua.
“¿Ahora cuál me aviento: la bombita, el tornillo u otro mortal?”, pregunta y todos le responden: “Ya el que sigue, el que sigue, que nadie se enfríe”, la fila es de unos 10 y todos quieren aventarse.
“Me voy a aventar un tornillo”, dice, mientras escurre agua y se prepara. Gira en el aire y cae al agua. Los niños pequeños se sorprenden y los grandes vuelven a reír al ver el agua que saca entre clavado y clavado.
A cuatro kilómetros de ahí se desarrollan similares, en el Balneario de Uzeta… al igual que como ocurre en “Las Tinajas”, del ejido de Santa Isabel.
Pero a pesar de todo, la afluencia de éste año en los balnearios del municipio de Ahuacatlán han tenido un decrecimiento en relación a años anteriores; pero se espera mejor afluencia en las semanas venideras.
El pasado viernes y sábado estuvieron a entre 80% y 90% de su capacidad, pero no hay buenos augurios, según sus propietarios.
“Son vacaciones y queremos descansar, queremos divertirnos, con este calorcito y el sol que ya está pegando duro lo que se antoja es echarse una nadadita”, comentó Carlos Ramírez, quien llegó al balneario de Uzeta proveniente de Ahuacatlán, acompañado por toda su familia.
“Ahorramos un dinerito para salir estos días y hoy queremos empezar aquí, ya mañana veremos a dónde vamos, lo importante es divertirnos”, comentó María, esposa de Carlos.
Y mientras en los grandes balnearios el costo mínimo de entrada es de 60 pesos por adultos y 30 por niños, en Acatique y Uzeta se cobra 40 y 30 pesos por entrada. ¡Una buena opción para quienes no tienen posibilidades de solazarse en la playa.
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