Entre recuerdos, colegas y reconocimientos, se honra la vocación de informar con pasión, ética y memoria.
FRANCISCO JAVIER NIEVES AGUILAR
«Por favor, acompáñeme», me dijo con cortesía la joven encargada. «Aquella es su mesa. Ahí se van a sentar los que fungieron como jueces.» Asentí con una sonrisa. Tomé mi lugar, acompañado a la derecha por mi querida colega Lupe Guerra.
Antes de ello, tuve el placer de saludar a varios compañeros y compañeras del gremio, tanto de la vieja guardia como de las nuevas generaciones que hoy escriben con el mismo fuego que alguna vez nos impulsó a nosotros.
Uno de los momentos más gratos fue estrechar la mano de quien fuera mi primer maestro en el periodismo, Ezequiel Parra, un referente y fundador del periódico El Regional.
En ese instante, todo tuvo sentido: los años recorridos, las notas redactadas al vapor, las noches sin dormir, los pasos dados por cada redacción.
Ahí estábamos todos, reunidos en torno a un motivo común: la entrega del Premio Estatal de Periodismo, en un evento encabezado por el gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero.
Orgullosamente, reafirmé mi convicción por COMUNA, mi organización gremial, y testigo de un acto que más allá de los galardones, celebraba el espíritu de quienes llevamos décadas narrando la historia diaria de nuestro estado.
No soy muy cafetero, lo confieso, pero esta vez me zampé dos tazas, tal vez porque la ocasión lo ameritaba.
Acompañé el momento con un jugo de naranja que me supo a gloria y un platillo simplemente delicioso.
Mientras escuchábamos un mensaje alentador hacia el gremio, mi mente se transportó a mis inicios como reportero.
Recordé con especial cariño mi paso por Panorama Informativo, allá a finales de los años 80’s, bajo la dirección del licenciado Raúl Anzaldo Cambero. Pero fue en el primer lustro de los 90’s cuando decidí abrazar este oficio con todas sus letras, guiado por Ezequiel Parra, a quien tanto le debo.
No puedo dejar fuera a El Express, del entrañable Edgar Arellano “El Pipiripau”, jefe generoso y ser humano excepcional.
Tampoco olvido mis años como corresponsal para estaciones de radio y RTN, donde pasé casi 15 años de batallas informativas.
Y sí, también formé parte de Gente y Poder, aunque ha sido la plataforma digital de El Regional la que me ha dado mayor proyección y presencia en la sociedad.
Gracias a este camino, he tenido el privilegio de conocer a tantos amigos: políticos, servidores públicos, deportistas, artistas, cantantes… y un sinfín de historias que merecen ser contadas.
Los tiempos han cambiado, y cómo no notarlo. Extraño las máquinas de escribir Remington y Olivetti, las cámaras de rollo, el zumbido del departamento de fotocomposición y la magia del cuarto oscuro.
Hoy, todo es digital, inmediato, práctico. Y aunque las herramientas facilitan el trabajo, también es cierto que la Inteligencia Artificialestá redefiniendo el oficio.
Hay mucho por debatir, pero una cosa es segura: nunca olvidaré mi formación, ni los valores que me forjaron dentro del mundo del periodismo. Porque más allá de la tecnología, sigue siendo el corazón del reportero el que marca la diferencia.
Todo esto lo comparto porque estamos por celebrar, como cada 7 de junio, el Día del Periodista. Saludo con profundo respeto y afecto a todas y todos quienes han hecho del periodismo su trinchera, su pasión y su forma de vida. Que nunca falte la verdad, el compromiso y la vocación.
¡Salud, colegas! Que nunca se apague la tinta ni la voz del periodista.
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