Ahuacatlán, Amatlán, Jala e Ixtlán seguramente amanecieron como se tenía previsto: Con una montaña de intereses enfrentados; con gozos impresionantes; sustos y miedos aliviados; desmentidos típicos del caso.
Transas de excelente manufactura; pecados a la intemperie, sospechosismos; delitos in fraganti, cinismos e impudicias. Conflictos patológicos de todo género y curiosidades humanas nada ajenas al reptil y la sanguijuela.
También amanecieron sin los tradicionales y carísimos partidos políticos. Sin PRI y sin PAN, sin PT y sin PRD. Pero no por una acción utópica de reconciliación entre ellos; ni por una armonía total – y al final alcanzada – por los hombres; y mucho menos por el “quítame esas pulgas”, o algo parecido.
Lo que ocurre es que por los sobrevivientes de la guerra electoral de ayer domingo, se han construido varias agrupaciones. Unas dizque políticas y otras francamente mitoteras, cuyas manifestaciones desiguales e impulsos interesados, pasionales y caprichosos, han dado lugar a otro tipo de coexistencia. Más perversa que nunca. Empezando por:
El FULA.- Frente Único de Lambiscones Aferrados.
El SIAM.- Sociedad Independiente de Ardidos y Melodramáticos.
El PEHE.- Propagadores y Especialistas del Horror Electoral.
La CIFE.- Conferencia de Individuos contra el Fraude Electoral.
Y el UPP.- Usufructuarios del Perpetuo Poder.
¡Ah!, y el SVA.- Sindicato de Viejas Argüenderas.
¿Algo tendrá que ver todo esto con las eternas críticas ciudadanas, con los movimientos de plano ya muy choteados, y hasta con la novela de Alí Babá y los Cuarenta Ladrones? La verdad no lo sabemos; pues tampoco somos brujos o adivinos; o Jueces fiscales – con todo y pruebas – para irnos derechitos contra los pillos.
Sin embargo, de algo sí estamos seguros: Que los forcejeos judiciales estarán a la orden del día, como síntomas de la democracia salvaje, de sus declaraciones, manifiestos, ideas, actos y de todos sus sellos: Calumnias, difamaciones, insidias, trafiques, truculencias…y dinero sucio.
O sea que no hay mucho de novedad. De que hay un pueblo engañado o desinformado y de que se hacen que sufren lucidez tardía. Nada eso. ¡Nada nuevo bajo el sol!
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