¿Cuál de ellos será?, inquirí para mis adentros. Solo conocía su rostro en imágenes; pero el cubrebocas y el sombrero me impedían distinguirlo. Mi duda se despejó cuando vi aquel abrazo. “Bienvenido a Nayarit”, le dijo el presidente municipal de Jala, Carlos Carrillo Rodríguez. El alcalde de El Sereno, California agradeció el cumplido y siguieron charlando.
El primer intercambio de palabras entre el edil y el doctor, Amed López, se dio en el aeropuerto de Tepic. El avión que transportó al “Mayor” de El Sereno –perteneciente al Condado de Los Ángeles- arribó justo a las 9 de la mañana con 20 minutos, procedente de Tijuana, Baja California.
El señor Amed maneja además una filosofía de la vida de suyo interesante. Habla español e inglés a la perfección y constantemente emite frases que incitan a la reflexión.
Su infancia y adolescencia estuvo llena de vicisitudes, pero ese afán de crecer y encontrar mejores espacios de existencia, lo convirtió en lo que hoy es: Una personaje de la vida pública y muy estimada allá en El Sereno, California, al grado de convertirlo en “Mayor”, es decir, el equivalente a alcalde, en México.
Amed López calla cuando debe de callar y habla cuando debe de hablar. A veces lo hace quedito, pero de pronto sube de tono. Le gusta escudriñar y siempre está atento a cualquier gesticulación. Mira de frente o de lado, según el rumbo de la plática. Baja su cabeza o la irgue. Asienta o disiente con firmeza. Refuta o rebate, debate y defiende sus ideas como lo hace una tigresa defendiendo a sus cachorros.
El alcalde de El Sereno se adapta a la formalidad o a la informalidad. No parece estar muy de acuerdo con posturas rimbombantes y más bien se inclina por las actitudes sencillas. “¿No tienen frijolitos con huevito?, ¿Alguna tajada de aguacate”, preguntó a la mujer que lo atendió en “El Borrego”. Desayunó birria y jocoque; pero más le encantó el agua fresca de piña con alfalfa.
En Jala degustó dos paletas de “La Michoacana”, sentado bajo la sombra de un árbol. “Está hermoso este pueblo. Me imagino que aquí filmó Pedro Infante alguna de sus películas”, asentó, antes de que la señora Monroy le entregara el bolso y la playera que le enviaron los miembros del Club de Jala en Los Ángeles.
Después del protocolo de entrega de insumos de medicamentos, en el auditorio municipal, el doctor Amed recibió como obsequio un precioso cuadro artesanal elaborado por manos wirrarikas. “Por poco y suelto las de cocodrilo”, dijo en tono coloquial, al tener esa obra en sus manos.
En resumidas cuentas, el alcalde de El Sereno es una persona que inspira confianza desde el primer instante. Sus diálogos son atrayentes, seductores y muy ilustrativos. ¡Un señorón!…aunque él no coincida con ese tipo de calificativos.
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