JALA.- La situación de los Ayuntamientos ha llegado al grado de la crisis, pero una crisis en grado superlativo; e incluso algunos alcaldes y tesoreros, según se ha apreciado, empiezan a ser presas de la desesperación.
Jala es uno de ellos. Y aunque no se ha confirmado, fuentes allegadas a la presidencia municipal aseguran que las autoridades se han visto obligadas a recurrir a préstamos a fin de resolver los problemas de primera necesidad, como son el pago de la luz pública y salarios.
Del mismo modo se habla que a partir de esta quincena el gobierno municipal, obligado por las circunstancias, “despidió” a cerca de 40 trabajadores – obviamente de confianza –; esto es con el fin de adelgazar la nómina y en consecuencia utilizar ese dinero en otros gastos prioritarios.
Y es que saldar la nómina no ha sido nada fácil. Pagar las deudas a los proveedores ha representado serias dificultades. Los apoyos sociales han mermado. Hay austeridad en muchos aspectos, como es el consumo de gasolina, compra de medicamentos, traslados, etc.
Se habla también de que el gobierno municipal está pensando seriamente en la posibilidad de adelgazar aún más la nómina, lo que quiere decir que podría haber más recorte de personal. Por eso se habla de que varios empleados, de primero y segundo nivel, se encuentran bailando en la cuerda floja.
Por fortuna, la obra pública está a salvo de cualquier aspaviento sujeto a los recursos económicos que entrega la Federación, es decir, las famosas participaciones.
De cualquier forma, en Jala el programa de austeridad sigue; e incluso se ha pensado también en la reducción de salarios.
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