Francisco Javier Nieves Aguilar
Hay gentes que sostienen que en el municipio de Jala, el PRI está visiblemente fracturado debido a la postura asumida por las dos o tres corrientes. Tal vez eso sea cierto; pero si las cosas al interior del tricolor están de la patada, en la alianza PAN-PRD tampoco están muy bien qué digamos.
Hay un fuerte encono entre la gente de Miguel González y la de Claro Gutiérrez; y aunque sus diferencias provienen desde hace mucho tiempo, la manzana de la discordia por ahora se llama gobierno del estado y presidencia municipal.
Los seguidores de “Migue” parece ser que están empecinados en llevar a Guadalupe Acosta Naranjo a la gubernatura del estado; mientras que los simpatizantes del profesor Claro quieren a toda costa que sea la señora Martha García la postulante oficial.
Los intereses de unos y de otros se reflejan también en el terreno local. La disputa por el poder está fuerte, aunque sus dos abanderados no han podido penetrar en las simpatías de la ciudadanía.
Uno de ellos es el diputado con licencia Marco Antonio Cambero Gómez, quien por cierto ya tuvo la oportunidad de gobernar al municipio, no con buenas cuentas dada su falta de carácter y escaso criterio, además de carecer de iniciativa y don de mando.
Toño Cambero pertenece a la corriente de Claro Gutiérrez y de Víctor González, quien curiosamente es hermano de Miguel –el actual presidente municipal de Jala, quien a su vez se identifica con el proyecto de Guadalupe Acosta Naranjo.
Pero por el otro lado está la señora Teresa Carrillo, hermana del ahora ex aspirante al gobierno del estado Carlos Carrillo Santana y esposa de Migue, lo cual la coloca en una situación no muy cómoda, pues aparte de todo la ciudadanía tiene el temor que se vuelva a repetir lo de este trienio en lo que se refiere a la administración de la finanzas, la cual ha sido un desastre, gracias a su tesorero Marcelino Santana Aquino.
En la escena aparece un tercero; y se llama Catarino Ibarra, quien anteriormente pertenecía a las huestes de Claro y de Cambero para aliarse posteriormente al equipo de Miguel González y el cual al parecer fue objeto de una mala jugada por parte de este último, quedándose pues sin miel y sin jícara y, por lo tanto, con posibilidades mínimas de convertirse en candidato.
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