Un sonido que trasciende el tiempo y une corazones en fe y tradición.
JALA.
En Jala, Pueblo Mágico, las tradiciones resuenan en cada rincón, y una de las más emblemáticas al inicio de la Cuaresma es el inconfundible sonar de la chirimía.
Este instrumento de viento, cuyo eco se ha escuchado desde tiempos ancestrales, marca el inicio de un periodo de reflexión, fe y preparación espiritual.
Cada Miércoles de Ceniza, las notas peculiares de la chirimíarecorren las calles, impregnando el aire con una melodía que transporta a los habitantes a recuerdos de la infancia, de procesiones solemnes y de la profunda conexión de Jala con sus raíces religiosas.
Pero la chirimía es más que un simple instrumento musical; es un símbolo que ha acompañado a generaciones, una voz ancestral que nos recuerda que la Cuaresma ha comenzado.

Con ella, se abre un camino de introspección y esperanza, un sendero que invita a la comunidad a renovar su espíritu y a fortalecer los lazos que los unen en la fe.
En Jala, cada nota de la chirimía es un susurro del pasado que sigue vivo en el presente, un lazo sonoro que mantiene encendida la llama de la tradición y el sentido de identidad de un pueblo que, a través de la música, reafirma su historia y su devoción.
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