JALA. – El Templo de la Natividad lució anoche hasta el tope durante la celebración de “La Sierpe”. Y esta vez el clima permitió que el festejo tuviera más brillo que años anteriores.
Y no fueron pocas las personas que acudieron al “Barrio de Abajo” o Barrio de La Natividad que se localiza al poniente de la ciudad para sumarse a este tradicional festejo que inició con una misa, a la que por cierto asistió el presidente Mario Villarreal, quien también compartió la sal y la mesa con los parroquianos.
En la esquina se escucharon los acordes de una guitarra. La gente abarrotó el atrio del Templo de La Natividad, mientras los chiquitines jugueteaban en los alrededores y los devotos prefirieron elevar sus oraciones en el citado recinto religioso.
En la celebración de la Virgen de la Natividad, en Jala se esfuma la modorra. Cientos de personas asisten a los festejos. Hay quema de fuegos pirotécnicos. Luces, chifladores y buscapiés.
Como se ha dicho en muchas ocasiones, Jala es una de los principales lugares del estado rico en costumbres y tradiciones y entre las que destacan la Feria del Elote y su Judea; pero también existen otras prácticas antiguas que se celebran a manera de fiesta; tales son los casos de Las Alahuerteras, Las Pastorelas, el Día de Santa Ana, Santo Santiago Apóstol, el Día de San Juan y el Día de la Natividad que se festeja cada 08 de septiembre, que es el caso que nos ocupa en esta ocasión.
Ayer concluyó pues la fiesta, la “Fiesta de la Sierpe” como mejor se le conoce. Una añeja costumbre que consiste en “prenderle” fuego a un espectro que simula a una serpiente — dragón de Siete Cabezas.
Ésta es bajada a través de una cuerda, desde el cerro contiguo, hasta descolgar en el pequeño Templo del lugar, en un bello espectáculo de juegos pirotécnicos.
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