Ahuacatlán, agosto 17.- (Redacción).- La tormenta del pasado lunes causó mucho pánico entre las familias que habitan sobre las riberas del río Ahuacatlán, pues la creciente ascendió de manera desproporcionada al grado de amenazar con desbordarse, sobre todo en las bocacalles.
El temor se hizo más perceptible aún en las familias que residen en el barrio del Chiquilichi y en la colonia Demetrio Vallejo, al poniente de la ciudad.
La corriente arrastró troncos, ramas, cacharros y muchos otros objetos que después se convirtieron en represas.
De esta forma y ante el riego de alguna catástrofe, el trigésimo octavo ayuntamiento, a través de su Dirección Municipal de Protección Civil y Oficialía Mayor, de inmediato se puso manos a la obra y, valiéndose de maquinaria especial se abocó a extraer los troncos y ramas de mayor tamaño que se encontraban atorados principalmente en el puente del mercado, así como en el que une a los barrios del Chiquilichi y de La Otra Banda.
Las maniobras sin embargo no resultaron tan sencillas, pero desafiando el peligro, los directores de las dos dependencias citadas con anterioridad lograron su objetivo, para tranquilidad de las familias.
Lo anterior ocurrió el pasado lunes, pero anteanoche de nueva cuenta la naturaleza puso a prueba la tranquilidad de los ahuacatlenses al suscitarse otra fuerte tormenta acompañada de granizo y vientos huracanados. Afortunadamente no se han reportado desgracias personales, sólo daños a la agricultura y a fincas antiguas.
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