JALA.- Atiende el teléfono, a dos o tres proveedores, firma papeles, supervisa escritos, o personalmente él mismo los hace; sale y entra, se para y se sienta; el joven tesorero, de algunos 24 años de edad, tiene la habilidad de atender varios quehaceres al mismo tiempo, tal vez lo único que ha descuidado en los últimos quince días – desde que el Ayuntamiento le confirió la Hacienda Municipal – sea afeitarse la barba.
Es en ese corto tiempo además cuando en un esfuerzo por enderezar el barco que dejó en picada el contador Delio Mendoza, cuando Luis Zúñiga pudo integrar el expediente para subsanar las observaciones que hizo el Órgano Superior de Fiscalización, y para que a la mayor brevedad se cubran los adeudos relacionados con el pago a la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN).
Zúñiga Benítez también tiene un trato cordial con sus compañeros de trabajo. Se hace acompañar de jóvenes aptos para el servicio público, lo que le ha permitido agilizar los trámites que el presidente Mario Villarreal le encomienda. Inclusive, para evitar las aglomeraciones y el murmullo en el interior de las oficinas de tesorería, en ocasiones mueve su escritorio a la Sala de Cabildo, lo que permite despejar esa área a fin de que las secretarias puedan concentrarse mejor en lo que están haciendo.
Finalmente, el tesorero no titubea cuando tiene que hacer algún ajuste para ser más eficaces en el gasto público. Antes de salir de las oficinas, giró instrucciones en el sentido de que se restrinjan las llamadas a celular en algunos departamentos que no lo requieren.
Discussion about this post