Intensamente 2… Artículo: Fco. Javier Nieves.
IXTLÁN DEL RÍO.
Sábado o domingo, no recuerdo con exactitud. Lo que sí sé es que, de repente, me vi sentado en las cómodas butacas del Cinema Las Palmas, en Ixtlán.
Con gusto acepté llevar a mis nietos a este recinto de entretenimiento. La función estaba programada para las 6 de la tarde, pero nosotros llegamos a eso de las 5 y media, siguiendo la recomendación de llegar con anticipación para no quedarnos sin boletos. Aun así, tuvimos que hacer cola.
Antes de entrar, mis nietos me entregaron una bolsa de palomitas y un refresco. Minutos después, nos adentramos al cine para ver «Intensamente 2».
Debo admitir que no entendí nada de la película. Sin embargo, mi objetivo principal se cumplió: ver a mis nietos felices.
Además, la experiencia me transportó a aquellos lejanos tiempos en que solía acudir al Cine Encanto, en Ahuacatlán. Siempre elegía el balcón, sentado en aquellas bancas de madera. Hasta llegué a imaginar los gritos de los cinéfilos: «¡No le cortes, Carmelo!».
Fueron casi dos horas de gozo, observando la pantalla gigante y disfrutando del silencio en los momentos de tensión que la película ofrecía.
Esta experiencia no solo reforzó los lazos familiares, sino que también me permitió revivir momentos nostálgicos de mi propia juventud.
En el Cinema Las Palmas, el pasado y el presente se entrelazaron, recordándome que, aunque los tiempos cambien, la magia del cine permanece inalterable.
Si mis nietos quisieran ir otra vez al cine, ¡claro que me les voy a pegar! Porque, al final, no hay nada que me haga más feliz que verlos a ellos disfrutar.
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