AHUACATLÁN.
Con una tradición que data desde hace más de 80 años y pese a los nuevos tiempos e innovaciones del presente, la “Tortillería Jaime” aún sigue vigente. Ya no con el auge de décadas pasadas, sino más bien con dificultades; pero se niega a sucumbir; “hasta que Dios quiera”, señala la señora Carmen Jaime, su actual propietaria.
El tema de la pandemia es uno de los agravantes; pero otro elemento que se suma a esa debacle es la competencia y los nuevos métodos para hacer que la tortilla llegue a casa de los consumidores; es decir, la entrega a domicilio.
La Tortillería Jaime, por cierto, ya no abre los lunes; esto es debido a la falta de personal, a los costos que genera la producción de tortillas, etc. Su molino de nixtamal está cayendo en desuso. Desde hace muchos años que no se observa sobre el mostrador la hilera de baldes o recipientes repletos de maíz cocido, listos para su molienda.
Ya casi no se escucha el ruido de su máquina torteadora, esa que tantas veces utilizó don Elías Jaime y su esposa para la elaboración de tortillas. La pandemia y la competencia los están desplazando.
La “Tortillería Jaime” fue durante muchos años uno de los establecimientos más concurridos. En aquellos tiempos no había otros negocios con ese mismo giro. La entrega de tortillas a domicilio no existía y tampoco se podía comprar el producto en cualquier tienda. Las amas de casa acudían forzosamente a ese inmueble de la calle Hidalgo casi esquina con 20 de Noviembre a moler su nixtamal o a comprar tortillas ya hechas.
Así funcionó durante largos años; pero ahora la modernidad los está desplazando; aunque todavía sigue vigente.
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