AHUACATLÁN.― Con una indumentaria parecida a la que usan los dirigentes de Antorcha Campesina, el orondo sujeto alzó su diestra para pedir la palabra y se presentó como el ingeniero Toño, residente de la obra que los tenía a todos congregados en la Sala de Cabildo de la planta alta de la presidencia municipal.
“Si me permiten la expresión –inició su perorata–, esta será una obra chingona”. Sin embargo, inmediatamente adviritió que para evitar problemas futuros era imperante que los locatarios del mercado hicieran allí mismo todas las obervaciones pertinentes… “Toda modificación al proyecto se tiene que hacer ahora y no durante la ejecución de la obra, porque todo lo que se haga después requerirá de un costo y tiempo adicional”, apuntó el inge.
Después la arquitecta Ivaneth secundó a su compañero del gremio dirigiéndose a los comerciantes que parecían abstraídos pensando en todo lo que implicaba la remodelación del lugar donde por muchos años han estado trabajando, y les dijo que la responsabilidad de todos era ser más bien preventivos que correctivos.
Los veinte locatarios del mercado Aldama, empero, de vez en vez perdían la mirada entre los espacios del sofocante recinto oficial del Ayuntamiento. Tal vez estaban pensando en cuál de las dos bodegas ofertadas por el gobierno del presidente Agustín Godínez era la más adecuada para continuar con sus puestos de trabajo. ¿Será mejor ubicarse frente a La Güera la de los lonches, o allá frente a la Liconsa? Una está por la avenida principal, la 20 de Noviembre, aunque está un poco más retirada. La otra por la calle Reforma casi esquina con Aldama podría atraer a más clientela… quien sabe.
Pese a las cavilaciones de los locatarios, un hecho es innegable: todos están de acuerdo en que es necesaria la remodelación. Avinieron además en que desocuparían el inmueble en 15 días a partir de este lunes 16 de julio. Empezando por quitar las celdas solares que algunos tienen en el techo del vestusto mercado para ahorrar energía.
Seis meses es el plazo en que conservadoramente estaría la obra. La empresa constructora, por conducto de sus ahí representantes –incluído por supuesto al ingeniero Toño– se autocalifican como una compañía “muy responsable”, que “está en todos lados” y que “en todos lados la contratan por su calidad”.
Una sola cosa quedó en el tintero, y es el caso de un depósito de basura que emite olores fétidos. No se contempló en el proyecto –del cual el expresidente Chuyín Bernal, quien también es locatario, se preciaba de haberlo elaborado–, establecer una puerta hermética. Pero la síndico, Lorena Ramos, salió al quite para asegurar que el presidente Agustín Godínez siempre ha pedido obras de calidad, y que esta no será la excepción. Dando a entender que el munícipie conseguiría el dinero para que quede “al cien”.
Discussion about this post