Robert Francis Prevost es elegido como Pontífice; la fumata blanca unió al planeta en un solo suspiro.
ZONA SUR.
Católicos y no católicos, creyentes y escépticos, comerciantes, amas de casa y hasta el tradicional vendedor de tejunio detuvieron por un momento sus actividades para presenciar un momento histórico: la elección del nuevo Papa, en el sur.
A las 9:35 de la mañana (hora de Nayarit), el cielo vaticano se tiñó de significado con la aparición de la esperada fumata blanca, señal inequívoca de que el cónclave cardenalicio había llegado a un acuerdo.
Poco después, las campanas de la Basílica de San Pedrocomenzaron a repicar con fuerza, llevando la noticia a los rincones más remotos del planeta. El mensaje fue claro y poderoso: ¡HabemusPapam!
El elegido fue Robert Francis Prevost, originario de Chicago, Estados Unidos y naturalizado peruano, quien a partir de ahora llevará el nombre de León XIV, en honor a un linaje papal cargado de historia.
Su elección marca un hecho sin precedentes, al tratarse de un pontífice con raíces profundamente ligadas tanto a Norteamérica como a América Latina, lo que ya despierta esperanzas de un papado cercano, reformador y continentalmente integrador.
Desde tempranas horas, millones de personas estuvieron pendientes de cada señal desde el Vaticano, en una jornada que paralizó al mundo por un instante y unió miradas, oraciones y expectativas hacia la Plaza de San Pedro.

Con la llegada de León XIV, la Iglesia Católica abre un nuevo capítulo, lleno de retos globales y esperanzas renovadas.
La atención ahora se centra en las primeras palabras y gestos del nuevo Pontífice, mientras la humanidad entera aguarda lo que será el comienzo de una nueva etapa espiritual e histórica.
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