Aunque no son pocos los historiadores que han subsanado los errores y horrores que han cometido los cronistas oficiales al presentar una historia de México inmácula, en algunos sitios se siguen corrompiendo los hechos ocurridos desde el umbral del siglo decimonónico; o incluso antes, relacionados con la Independencia de nuestro país.
Por ejemplo, un error muy evidente es festejar desde hoy, 15 de septiembre, la Independencia de México, y el prolongar su celebración hasta mañana 16, cuando en realidad la soberanía nacional se alcanzó un 28 de septiembre de 1821, cuando se firmó el Acta de Independencia del Imperio Mexicano, y cuyo promotor principal fue Agustín de Iturbide.
Otro hecho paradójico que suele provocar ceremonias infortunadas, como la que se llevará a cabo esta noche en Ahuacatlán y que instituyó el ex presidente José de Jesús Bañuelos, es el de evocar al cura Hidalgo dando un grito (que en realidad fue una arenga matinal), portando un estandarte de la Virgen de Guadalupe, la cual fue tomada como ícono de guerra días después del 16 de septiembre en Atotonilco, Guanajuato. En efecto, el llamado Padre de la Patria, no utilizó la imagen de Guadalupe sino hasta que pasó por este pueblito y “se le ocurrió” la brillante idea de atraer a más insurrectos por medio de la religión. Cosa que además fue tomada como un sacrilegio por el virrey, Francisco Javier Venegas, que a su vez le puso su banda real a la Virgen de los Remedios en la Ciudad de México.
Fue entonces que las advocaciones de la Virgen de Guadalupe y Los Remedios se enfrentaron en una lucha entre insurgentes y los “gachupines”, quienes cada que entraban a una iglesia y veían una imagen de La Morena del Tepeyac, la fusilaban bajo un juicio sumarísimo.
Por otra parte en Ixtlán esta “Noche del Grito” será, como cada año, una batahola muy parecida a la que ocurrió en la madrugada del 16 y días posteriores, cuando una turbamulta inició la insurrección muy posiblemente contra Napoleón y a favor de Fernando VII, Rey de España. Solo que en el caso del pueblo ixtleco las diatribas estarán enderezadas contra Enrique Peña Nieto, Roberto Sandoval y Pepe Alvarado; y muy seguramente pensando en que México somos todos, los demás, los que no se dejan mancillar por los extranjeros…
Son aquellos que no admiten que otros pueblen el terruño, que tal vez estarían de acuerdo en levantar un muro en los alrededores de Ixtlán para que no pasaran los de afuera; sean mexicanos, salvadoreños o demás, pero que se ofenden fácilmente porque Donald Trump quiere proteger su frontera.
Cierto, si quiere su muro que lo pague, pero tiene derecho. Aunque en este último caso habría que replantear si entre los tratados internacionales el celebrado con EE.UU. en mayo de 1848 (Tratado de Guadalupe – Hidalgo), y en el que México le cede más de la mitad de su territorio es válido, o, como lo planteamos muchos, es nulo de pleno derecho.
Por lo demás, insultos y discursos denigrantes, el señor Trump da más lástima que admiración. No cabe duda que la Independencia más importante es la que está apegada a las justas leyes de Dios. ¿No es incongruente que entre más normas y leyes nos volvamos más sometidos? ¿No se supone que la libertad consiste en hacer lo que uno quiera y no lo que nos dicte alguna autoridad, sea humana o divina? (Santiago 1:27).
Muchos seguimos siendo residentes temporales. Embajadores en expectativa de un mundo mejor. (1 Pedro 2:11; 2 Corintios 5:20).
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