El presidente de Compostela desató simpatías y se convirtió en el personaje más buscado de la noche.
COMPOSTELA-IXTLÁN.
No cabe duda: donde se para, brilla. El presidente municipal de Compostela, Gustavo Ayón, no solo es recordado en todo el mundo por su imponente trayectoria en el basquetbol, sino también por esa sencillez que lo caracteriza. Y este viernes, durante el rompimiento de las Fiestas Patrias en Ixtlán del Río, lo volvió a demostrar.
Sentado entre otras personalidades de la vida pública, Ayón dio muestra de que los reflejos que lo llevaron a la fama internacional siguen intactos. Bastó un par de movimientos para que atrapara al vuelo algunos obsequios lanzados al público.
Como buen “catcher”, no dejó escapar nada, lo que provocó sonrisas y aplausos de quienes lo rodeaban.
Pero lo verdaderamente importante no fue esa curiosa escena, sino su presencia en el arranque de fiestas, acompañando al presidente anfitrión, Memo Ramírez.
Desde que inició el recorrido, Ayón acaparó las miradas: por su imponente estatura, por la admiración que despierta su carrera deportiva y, claro, por la investidura que ahora ostenta como alcalde de Compostela.
La gente no lo dejó solo un instante. Decenas, quizá cientos de personas, se acercaron con celular en mano para pedirle la clásica fotografía del recuerdo. Y él, sin perder la sonrisa, correspondió con paciencia y afecto. “Se dejó querer”, como se dice coloquialmente. Y es que su carisma traspasa cargos y fronteras.
Ya en el entarimado principal, Ayón disfrutó de la magia del desfile: carros alegóricos, comparsas, música, baile y fiesta.
Su presencia dio un toque especial a la celebración, recordando que, más allá de la política, sigue siendo un personaje cercano y muy querido por la gente.
En cada saludo, en cada aplauso y en cada fotografía, se notó el aprecio que despierta. Compostela no pasó desapercibido esa noche; la figura de su presidente atrajo reflectores y simpatías.
Definitivamente, Gustavo Ayón sigue siendo un ídolo. Primero lo fue en las duelas del mundo, y hoy lo es también en los corazones de la gente que celebra verlo caminar, sencillo y accesible, entre la multitud.
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