El presidente de Compostela llevó con orgullo el nombre de Nayarit hasta la capital.
COMPOSTELA/
Con paso firme y vistiendo un traje gris elegante, el nayarita Gustavo Ayón, presidente municipal de Compostela, arribó acompañado de su esposa Estefanía Carrillo a la Comida de los 300 Líderes Más Influyentes de México, realizada en la Ciudad de México.
No tardó mucho en llamar la atención. Su sola presencia despertó respeto y admiración, pues no cualquiera puede presumir una trayectoria tan completa: primero como figura internacional del basquetbol profesional y ahora como servidor público, comprometido con el desarrollo de su tierra.

Reconocimiento nacional
La Comida de los 300, organizada por Líderes Mexicanos y consolidada como el evento más importante de su tipo en el país, reúne cada año a personalidades de la política, el deporte, la cultura y la empresa. Es un espacio donde se reconocen y se encuentran quienes, de una u otra forma, influyen en el rumbo de México.

En ese ambiente de liderazgo y convivencia, Gustavo Ayónestrechó la mano de periodistas de renombre como José Ramón Fernández y Joaquín López Dóriga, además de saludar a artistas, cantantes, empresarios y deportistas que forman parte de la élite nacional.
Un hombre sencillo que llegó lejos
Aunque el evento brilló por la elegancia y la importancia de sus asistentes, Ayón no dejó de mostrarse como lo que siempre ha sido: un hombre sencillo, cercano a su gente y orgulloso de sus raíces. Su sola presencia es un recordatorio de que, con esfuerzo y disciplina, los sueños se pueden alcanzar.
Los aplausos y los saludos que recibió en la capital del país no solo fueron para él, sino también para Compostela y para todo Nayarit, porque cada logro de Gustavo Ayón es también un motivo de orgullo para la tierra que lo vio crecer.
De la duela a la política
El llamado “Titán” ya había puesto a México en alto desde las canchas de la NBA y la Selección Mexicana de Basquetbol. Hoy, desde otro escenario, busca demostrar que la misma disciplina que lo llevó a triunfar en el deporte puede dar frutos en la política y el servicio público.
Su invitación a este encuentro nacional es también una señal de que su nombre sigue vigente y de que su influencia trasciende fronteras.
Orgullo para Compostela y Nayarit
La presencia de Gustavo Ayón en este evento no es un hecho menor: es un reflejo de que la voz de los nayaritas se escucha en los espacios más importantes del país.
Para su gente, significa tener a “uno de los nuestros” codeándose con los grandes líderes de México.
En resumen, lo que se vivió en esa comida en la Ciudad de México fue mucho más que un protocolo: fue una muestra de que la historia de Gustavo Ayón sigue escribiéndose con letras grandes. Primero como deportista, hoy como político, siempre como orgullo de Compostela y de Nayarit.
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