LA BARRANCA DEL ORO
Enclavado al pie de la Sierra de Pajaritos, al iniciar el valle de Amatlán de Cañas, el poblado de La Barranca del Oro revive sus fiestas patronales en honor a la Virgen de Guadalupe.
En el programa festero se concitan aspectos religiosos, culturales y festivos; una mezcla de todo; de peregrinaciones y danzas, de bailes y jaripeos, de olor a birria y pozole, de pan recién salido del horno, de tortillas hechas a mano, de albóndigas y de menudo, de cañas y cacahuates.
El novenario inició el pasado 02 de diciembre y desde entonces a la fecha se han realizado diversos eventos de corte pagano y religioso.
Y ahí está los “paisanitos” que vienen del “norte”, con sus trocas, botas y pantalón Levis; y ahí están las mujeres con su mirada coqueta. Es pues la fiesta del pueblo.
A las fiestas de La Barranca del Oro concurren peregrinos de aquí y de allá, de Los Mezquites y de Tepuzhuacán, de El Rosario y de Amatlán. También vienen de Ixtlán y de Ahuacatlán.
Los lugareños reciben a sus visitantes con los brazos abiertos, con café caliente a la entrada del atrio, con atoles o tamales. Hay misa todos los días, hasta concluir el 12 de diciembre.
Las fiestas que en honor a la Virgen de Guadalupe se celebran en este poblado, cuentan con gran sabor popular. Los lugareños dejan sus casas de techo de teja o medio terrado para encaminarse a la pequeña plazoleta y disfrutar del programa festero.
Tiempo de recorrer las callejuelas, de platicar con la esposa o el esposo, con la novia o con el novio, con la amiga o el amigo… tiempo de fiesta pues.
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