IXTLÁN DEL RÍO. – Bajo un cielo totalmente despejado y teniendo como testigo de honor la brillante luz de la luna en su medio menguante, los habitantes de Ixtlán pusieron punto final a los festejos de Cristo Rey, en el Cerro de Santa Catalina y sin que se reportaran incidentes mayores, si acaso uno que otro insolado y con remarcados signos de fatiga por el esfuerzo realizado al subir hasta la cima.La inmensa mayoría se desplazó caminando paso a paso por la escalinata que hace ya algunos ayeres construyeron los “Amigos del progreso” hasta completar los 540 escalones, en zigzag y deteniéndose de vez en cuando en los rellanos de la misma.
Pero fue durante la tarde – noche del sábado cuando el Cerrito de Cristo Rey registró la mayor afluencia. Subir y bajar; bajar y subir; descansar y rezar, mirar y conversar; fue esa la tónica que siguieron los fieles católicos, en una auténtica romería que se complementó con el folclor del comercio ambulante.
Cañas y cacahuates, dulces, fritangas y antojitos mexicanos. Muchas parejas tomadas de la mano entrelazando sus miradas coqueteándose entre sí mientras divisaban el mar de luces sobre la ciudad.
Agentes policiacos, de protección civil y de tránsito tratando de ordenar la vialidad en la parte posterior y los estacionamientos de la cima y de la parte baja del cerrito.
Al filo de las nueve de la noche arribó la procesión del santísimo con sus rezos y cánticos. “Ojalá y que “El Charranas” construya una escalera eléctrica”, se escuchó decir a una joven mujer acompañada de su novio.
El festejo en honor a Cristo Rey concluyó ayer domingo con otra nutrida romería. La comunidad eclesiástica participó con ese gran fervor que les han inculcado las autoridades eclesiásticas.
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