De esta manera, los nayaritas podrán acomodar sus relojes mañana por la noche y despertar el domingo con una hora de ventaja para realizar las labores del día; o bien, quedarse en la cama una horas más, lo cual no es conveniente porque luego en la noche habrá que recostarse temprano para que el metabolismo se vuelva a adaptar al cambio de horario.
En México, el Horario de Verano se estableció a partir del año 1996. La dependencia federal, señala que en este tiempo “se registra el periodo del año con mayor duración de luz solar. Esto se debe a la inclinación del eje de la tierra y al movimiento de traslación. En junio se presentan los días más largos del año en el hemisferio norte, y en diciembre en el hemisferio sur”.
“Como nuestro país se ubica en el hemisferio norte del planeta, durante casi toda la primavera, el verano y parte del otoño disfrutamos más horas de luz natural, así que podemos aprovechar mejor la luz del sol y reducir el consumo de energía eléctrica”.
Sea como sea, y aunque los reportes de la CONUEE demuestren el ahorro de energía eléctrica, el recibo de luz que la Comisión Federal de Electricidad emite cada bimestre a los hogares de México sigue llegando igual, o incluso más caro. Es decir, las tarifas de luz aumentan y el ahorro de energía del Horario de Verano no se ve reflejado en el bolsillo de los nayaritas.
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