EL DILEMA SOCIAL
En términos médicos, ambas palabras significan “Muerte” y un estado indeseable para la salud, en realidad, la sociedad médica moderna asume que debe combatirse por ser más frecuente el primero, que el segundo.
El cáncer y la gangrena en síntesis; se desarrollan en dos polos opuestos, y es el resultado de diversas circunstancias extremas que sufre un órgano o tejido sea físico o social.
El Cáncer lo conforman luego células que aprenden a comer de más sin parar, mutarse sin querer morir y enseñar a otras a copiarlas, así se produce el glaucoma cancerígeno, el cual exige nuevos torrentes sanguíneos que lo alimenten mientras el tejido (físico o social) colapsa.
La Gangrena en cambio, se origina luego de un proceso de hambruna permanente, al ser segregada, y sin posibilidad de vivir, el órgano o tejido (físico o social) muere y la septicemia resultante también lleva a un colapso general. Tanto el cáncer como la gangrena tienen en común una cosa: La falta de oxígeno.
Este sabio ejemplo vital en un cuerpo sano, nos hace comprender que el sistema de salud (físico o social) podría estar en caminar entre ambos polos que la propia naturaleza nos enseña.
Parece verificar el viejo adagio judeo-cristiano de “la igualación” como posible remedio, donde “el que tuvo mucho, no tuvo demasiado; y el que tuvo poco, nunca le faltó”
El cáncer y la gangrena entonces serían prevenibles procurando ese equilibrio por el bien de todo el cuerpo (físico o social) donde, por supuesto, el punto eje intermedio se ve más tensionado.
Resulta verídica y salomónica la frase “no me des pobreza ni riqueza, para que no me exalte u olvide de ti”; Y bien que llueve para todos procurando así dios lavar la enfermedad, para que no se piense quien pudiera ser responsable de las muertes producidas por estas dos enfermedades extremas indeseables.
En todo caso parece ser que el factor clave es puramente humano, desde que el “hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo”.
Cuando al cuerpo (físico o social) se le priva de justicia e igualdad de una forma asfixiante, a lo sumo, debemos esperar entonces el aparecimiento de estas enfermedades mortales en los sistemas.
Caminar en la senda media podría ser útil para el Modesto quien “no se hace justo en demasía ni se muestra excesivamente sabio para no morir cuando no es su tiempo”.
Así, si el cuerpo (físico o social) recibe su oxígeno, alimento, trabajo… etc. En un pleno y sano desarrollo, tendríamos justicia (física o social) sana.
Parece que el punto medio que se procura, soporta la fuerza de ambos extremos y también acusan los efectos de la enfermedad debido a tan grande brecha….
Es claro que una salud perfecta es muy difícil de conseguir en los sistemas actuales, aunque el cáncer fuera benigno.
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