Aumentan los embarazos y el pueblo ya habla de una “temporada de cigüeñas”.
IXTLÁN DEL RÍO.
Sería el romanticismo de febrero, algún mosquito enamorado o quién sabe qué conjunción de estrellas… pero desde finales de octubre hasta esta segunda semana de noviembre, en Ixtlán se multiplican las pancitas redondas.
No hace falta ir al hospital para darse cuenta. Con solo caminar por las calles, uno puede notar que más de una muchacha luce ese brillo especial en los ojos… y una “bendición” en camino.

La mayoría son mujeres jóvenes, entre los 16 y 30 años, algunas recién casadas que celebran la llegada del primer bebé, y otras que —como dice la abuela— “se tomaron en serio lo del domingo 7”.
Los comentarios no se hacen esperar:
—¿Supiste que fulanita ya va a tener bebé?
—¿Y que sutanita ya casi no sale?
—Dicen que menganita está tejiendo chambritas…
Así transcurren las pláticas en la plaza, entre carcajadas, miradas cómplices y uno que otro “¡bendito mosquito!”.
Algunos dicen que es el clima, otros que fue tanta lluvia que las cigüeñas encontraron buen nido en Ixtlán. Lo cierto es que, planeados o no, los bebés vienen en camino y el pueblo se llena de sonrisas, murmullos y futuros papás nerviosos.
Por lo pronto, más de uno anda con repelente… pero no precisamente contra zancudos, sino contra los moscos del amor, que este año, según parece, picaron con ganas.}






















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