JALA
“Es un honor para mí comentar este libro y es un honor también participar del interés que lo anima”. Con estas palabras inició su intervención el licenciado Fredy Magallanes al comentar el libro “El Pitero de Xala”.
El discurso de Magallanes durante la presentación de la citada obra, fue uno de los más objetivos, concisos y precisos. “Me preguntaba si comentarlo -añadió en su perorata- era hablar en frío un tanto de su estructura y otro tanto de su contenido, pues generalmente se cree que todo documento formalmente elaborado requiere comentarios no menos formalmente elaborados, pero no sería este el caso, nunca cuando de lo que se trata es de rescatar una tradición viva”.
El licenciado Fredy Magallanes recalcó que el escribir nunca remplaza la vivencia, “esto a lo más es un facsímil, una puesta en conceptos de lo que uno cree que significa las manifestaciones de la vida, la música para un pueblo en este caso, una música muy particular ligada a su idiosincrasia”.
“Yo podría narrar mi sentir -añadió- de lo que es ser jalense y de las costumbres con las que crecí. Pero esto solo tiene que ser un comentario sobre el libro”.
Magallanes comentó que la música es el lenguaje universal. “Este documento significa la puesta en evidencia de este hecho, nos narra el aprendizaje y las andanzas del Pitero con la chirimía”.
“Protagonista de esta historia -continuó- portador de un legado musical; por lo que se refiere a nuestras tradiciones que en todos los casos significan fiesta, es el componente indispensable que da constancia de lo que nos anima como pueblo. Por lo que hace de su oficio, el que anuncia la fiesta. No hay otro, este es el calendario religioso, el que como dice el libro marca “la fiesta del pueblo”.
“Toda la vida del pueblo, su trabajo su descanso y su disfrute -refirió- se rigen por él. Esto es el pueblo, los cientos y miles de comunidades perdidas en la inmensa geografía de México, y la historia del pitero Alejandro Ramos, ligada a él”.
Este libro -dijo- es un homenaje y un rescate. “Quizás para quien lo lea, o para quien escuche estas palabras, no es otra cosa que una llamada de atención, un decir esto es importante y vale la pena conservar, si eres jalense y tienes sentido de pertenencia o digamos un gramo de sensibilidad hacia lo que nunca muere, en el decir de la poeta Lourdes Pacheco; sensibilidad a aquello que generación tras generación siempre está ahí y se queda, nos trasciende, un canto convertido en júbilo para nuestras deidades, lo que nos soporta y nos alimenta, nos da vida y nos cobija, llámese maíz, santísima virgen o Jesucristo, más allá de nuestros credos o de nuestros diferentes niveles de educación somos lo que somos”.
Casi al final subraya: “Una tradición nos viene desde muy lejos, muchas veces ni el historiador es capaz de reconstruirla en su totalidad. Sentimiento y tradición se confunden aquí, no es que los niños y los jóvenes imiten al “celebrante” que lo hagan porque sí, es una tradición que se transmite como algo muy sentido”.
“Eso explica su supervivencia -puntualizó-; y como la música se cuela, se imprime en nuestro ser, se confunde con nuestra propia voz y nuestra sangre, requiere menor esfuerzo su continuidad, pero sí de la voluntad y el esfuerzo de quien la haga suya, la tome como propia y así convierta lo particular en colectivo y contribuya a la memoria de un pueblo y que su historia se siga escribiendo”, concluyó.
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