Un saldo positivo dejaron estos inolvidables festejos.
IXTLÁN DEL RÍO.
El cielo lloró. Lloró a cántaros. Lloró de tristeza porque llegaron a su fin las Fiestas Patrias de Ixtlán 2025.
Bajo ese aguacero que bañó al pueblo y dejó sus calles inundadas, se puso punto final a una de las celebraciones más queridas y esperadas por los ixtlenses.

La lluvia, caprichosa y oportuna, apenas dio espacio para concluir el jaripeo gratuito en la Expo Feria.
Entre relámpagos y aplausos, se escuchó la voz del presidente municipal, Memo Ramírez, quien desde el escenario especial montado en el ruedo, agradeció a todos los asistentes: a los visitantes, a los de casa, y en especial a los paisanos que viajaron desde la Unión Americana para reencontrarse con sus raíces.
“Los esperamos con gusto para el próximo año”, dijo Ramírez, con una mezcla de emoción y compromiso.

Y recordó, además, que justo se cumplía un año de su gobierno, refrendando su palabra: “Nuestro compromiso es y seguirá siendo trabajar por el bienestar de los ixtlenses”.
El balance final de estas fiestas fue, sin duda, positivo. Cada evento fue disfrutado al máximo, cada noche vibró con música, cada día se llenó de tradición y alegría. Y lo mejor de todo: un saldo blanco que permitió a las familias vivir la feria con tranquilidad y orgullo.
El cielo lloró, sí, pero no de derrota: lloró porque en cada gota se llevaba el eco de las risas, el son de la música y la fuerza de un pueblo que sabe celebrar su historia y su identidad.
Ixtlán despidió sus fiestas, pero ya late la esperanza del próximo septiembre.
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