Los negocios y sus aficiones jamás le han impedido desentenderse de las cuestiones políticas. Tampoco la distancia o los periplos que frecuentemente hace de un lado a otro de la frontera lo han alejado de su pueblo. Y aunque no tiene ese oficio que ahora está tan desprestigiado, Juan Enrique Parra Pérez, “El Charranas”, es un hombre informado.
Hace 12 años lo conocí en “Las Islitas” de Las Vegas, un restaurante que desde entonces era muy concurrido por los latinos. Captó mi atención de inmediato la popularidad y la manera en cómo un mexicano, nayarita e ixtlense estaba destacando no solo en el ámbito de los negocios, sino en el de la música. De hecho al año siguiente, en 2006, le hice una entrevista en su casa de las 7 Esquinas, dónde me platicó de su proyecto discográfico: “El rumor del viento”. Tuve la oportunidad de conocer aquella obra musical que ya se estaba promocionando en estaciones de radio, jaripeos, bailes, y que circulaba entre amigos que se recomendaban el disco aquí y allá.
Retomo algunos fragmentos de aquel artículo que escribí titulado “La constante superación de un nayarita”:
Además de dedicarse a la interpretación artística, actualmente [2006] Charranas cuenta con fructíferos negocios que atiende en Las Vegas, Tepic y en Ixtlán del Río.
En la ciudad de las luces, Juan Enrique Parra es propietario de un concurrido restaurante de mariscos llamado Las Islitas, así como centros comerciales como Las Vegas Plaza y Las Islitas Plaza. Próximamente invertirá en un centro comercial más.
En la capital nayarita, el cantante [en ese entonces era su principal actividad] es dueño del restaurante El Diamante; y en Ixtlán del Río posee el rancho “Los 3 Juanes” y “El Zoquite”, que se ubica al norte del volcán Ceboruco, y en donde se construirá un valle ecológico con todo y cabañas.
SEMBLANZA:
Juan Enrique Parra Pérez nació un 19 de septiembre de 1968 en la cabecera municipal de Ixtlán del Río. Hijo del señor Juan Parra Parra y de la señora María Asunción Pérez Núñez+; fue el cuarto de nueve hermanos: José Luís, María del Carmen, Martha Elena, María de los Ángeles, Ana Luz, Carolina, Griselda y Laura.
Desde pequeño a Juan Enrique le apasionaba montar a caballo; gusto que aún conserva ya que afirma que su mejor pasatiempo sigue siendo instruirlos y aprender de ellos. A la fecha conserva a más de 150 equinos de buena raza; así como avestruces, pavo reales y tigrillos.
Igualmente desde chico Juan tenía cierta afición por el canto y la jineteada, de donde sacó el mote de “El Charranas”, al participar en las perchas que se organizaban en su pueblo.
Con el paso del tiempo, en 1984, teniendo 16 años, Parra Pérez emigró a los Estados Unidos indocumentado. Allá estuvo trabajando en el field, pizcando durazno, melón, lechuga y regando algodón. Él recuerda: “Pasando la línea varias veces me sacaron, pero yo me volvía a meter; hasta en el 88 regularicé mi situación con una amnistía que entró en vigencia”.
LA PELEA, LA OPORTUNIDAD Y EL DESPEGUE:
En 1992 El Charranas se encontraba en Bakersfield cuando se enteró que en Las Vegas se llevaría a cabo una pelea boxística entre el legendario Julio César Chávez y Héctor “El Macho” Camacho. De manera que entusiasmado por el espectáculo, se puso de acuerdo con sus primos y acudieron a la contienda que se llevó a cabo el 12 de septiembre de ese mismo año.
En Las Vegas, Charranas quedó admirado por la cosmopolita ciudad del pecado. Así que de regreso a Bakersfield se llevó la espinita clavada para regresar y establecerse allá.
En cuanto a sus primos también de origen ixtlense, regenteaban unas “loncherías” que establecieron en Los Ángeles y Bakersfield. De esta forma, sus parientes le dieron la oportunidad a El Charranas para que pusiera su propio negocio en Las Vegas, de la que quedó prendido y determinado a poner su propio negocio.
El entrevistado relata:
«En la lonchería vendía mariscos; y al poco tiempo de establecerme, ¡el negocio pegó con tubo!»
Fue gradualmente y con ahorros e inversiones, empréstitos y mucho trabajo, que El Charranas se hace de su primer restaurante: Las Islitas. En correspondencia, él ayudó a sus primos para que abrieran otros tantos en Bakersfield y la Ciudad Angelina.
Juan Enrique señala que desde que le empezó a ir bien, ha tratado de ayudar a sus compatriotas de aquí y allá, refiriéndose a sus paisanos radicados en Estados Unidos y a los que viven en Ixtlán.
SUEÑOS Y ASPIRACIONES:
En su domicilio de la calle Morelos esquina con Belisario Domínguez, El Charranas nos señala un cuadro enorme de San Diego, pues se considera devoto de la Virgen de Guadalupe. Además comenta que cuenta con más de 50 cuadros del talentoso pintor ixtleco Manuel Benítez.
Un poco más abierto, Juan Enrique también nos habla de lo que más quiere en este mundo: sus tres hijos. Y se dice afortunado por contar con amigos muy famosos como Valentín Elizalde, El Coyote, Segio Vega, los hijos de Vicente Fernández, entre otros.
Afirma que no es partidario de ningún partido político, pero dice que le gusta ser un buen observador de los movimientos políticos y opina que lo mejor en política es conocer bien a los candidatos para poder elegir al mejor. Considera que los negocios tienen más posibilidades de prosperar en Estados Unidos, pero agrega que en dónde sea se puede crecer. Por cierto, Juan Enrique nos sorprende cuando nos muestra un premio que recibió con el título de “Comerciante Latino del mes en Las Vegas”.
Por último, El Charranas manifiesta que debido a sus compromisos tiene que pasar un mes en México y otro en el vecino país del norte; y adelante que ya está próximo a grabar un nuevo disco. Se despide diciendo: “No quiero ser esclavo del dinero, solo lo que Dios me quiera dar. Tampoco ambiciono a tener tanto, pero sueño en seguir trabajando”.
2017:
Desde aquella entrevista que acabo de transcribir no he vuelto a ver a El Charranas. Desconozco que tanto ha cambiado su vida desde el 2006 hasta ahora. Tampoco sé si esta evocación que hago le incomode. En cualquier caso, yo guardo un grato recuerdo de una ocasión que en 2005 nos reunimos más de 70 jóvenes de Ahuacatlán en Las Vegas, algunos de los cuales no sentamos en la mesa de Las Islitas y dónde fuimos atendidos como si estuviésemos en casa.
Ocupo este espacio de El Regional porque en la reciente encuesta que hizo nuestro equipo de reporteros, de manera espontánea varias personas nos dijeron que querían que el próximo presidente de Ixtlán fuera Juan Enrique Parra. Circunstancia que cada día se va haciendo más clara y de la que pronto, si El Charranas nos responde, tendremos noticias.
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